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Los gemelos Sergio y Javier Torres, con tres estrellas Michelin per Cocina Hermanos Torres, inauguran hoy el tercer restaurante de su carrera en Barcelona. Eldelmar (Puerto del Gregal, 18, Local 3) en el Port Olímpic, ya está abierto al público. Esta es una aventura empresarial de los Torres con el Grupo Pantea, que también gestiona el cercano y recién inaugurado Superlocal, un restaurante de cocina mediterránea con productos de proximidad. En este caso, los Torres no son asesores, sino socios de Pantea: los dos 'partners' han firmado una concesión de 16 años en unos terrenos que son de Barcelona de Serveis Municipals.
Ramón Rodríguez, co-CEO del Grupo Pantea con Pantea Pishkoohani, explica que "tenemos una relación de cliente habitual con los Torres, y de aprecio mutuo. Les propusimos esta aventura, vinieron a ver las instalaciones y todo el proyectó encajó". Según explica Javier Torres, Eldelmar quiere ir a la esencia de la cocina mediterránea "con el toque Torres. No haremos ningún menú degustación ni tomaremos platos de Cocina Hermanos Torrres. Ya tenemos tres estrellas Michelin, y no tendría sentido replicar esto aquí. Piensa que sobre todo queremos un ticket medio que permita que venga a comer mucha gente de Barcelona", puntualiza.
Sin embargo, en la búsqueda de un ticket medio asequible, la excelencia del producto no será una víctima: "Trabajamos con lo mejor que nos llegue de la lonja y del mercado, y hay un vivero de langostas y una vitrina de pescado preciosa. ¿Qué es caro? Si una noche de temporal te subes a una barca de pescadores, verás que un buen pescado es barato. Y esto vale tanto para una langosta como para un pimiento", explican.
La carta –que sin vino, se mueve en un ticket de entre 50 y 60 euros– está dividida en producto selectos para abrir boca –jamón ibérico, gildas de la casa, quesos...–, un apartado de crudos –destaca un tártaro de carabinero con crema cítrica, con el zumo de su cabeza a la brasa–, su versión de las tapas de toda la vida, ensaladas, pastas, arroces y fideuá a la llauna, platos de pescado con pesca del día y carnes a la brasa.
Dicho así parece sencillo, pero al leer la descripción de los platos se reconoce la complejidad de mojar pan que les ha hecho grandes y las ganas de llevar al extremo eso del producto sencillo pero selecto. Un ejemplo del vermuteo: anchoa de calidad excepcional servida sobre un bollo tostado de mantequilla, o una ensaladilla rusa con escabeche de atún salvaje y huevas de trucha. Por no hablar de esa picanha de vaca rubia gallega (¿guiño a su relación con Brasil?) que rivaliza con la golosidad del mejor jamón ibérico, pero más suave.
Lo más agradecido de comer en Eldelmar es poder gozar de una cocina de extraordinaria calidad, con la personalidad de los autores bien presente, pero en la que puedes bajar la guardia y simplemente disfrutar. Un plato como su arroz de mariscos a la 'llauna', o un bacalao cocido al punto en caldo corto, con pil-pil, pimiento del piquillo confitado y alubias de Santa Pau, no necesitan de la reflexión a la que uno se enfrenta en menús degustación minimalistas y llenos de alusiones. Tan solo disfrutar. Completa la escena una carta de 400 vinos a cargo del sumiller Xavi Nolla, que reúne a 20 países unidos por el mar.
Hay una barra de coctelería –asesorada por la ilustre pareja de cocteleros, Adriana Chía y Alfredo Pernía– donde de hecho puedes sentarte y picar algo rápido, unas croquetas, bravas y una copa de cava, por ejemplo, o pedir cualquier cosa de la carta. "El tardeo es una de las apuestas fuerte de este local, sobre todo si tenemos en cuenta que durante la pandemia de covid los barceloneses redescubrieron la playa de la Nova Icària y El Bogatell", se congratula Rodríguez, que consiguió establecer Can Fisher como punto arrocero de primera magnitud para los locales.
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