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Barcelona estudia construir un centro de procesamiento de datos (CPD) en el subsuelo de La Sagrera. Así lo ha anunciado el Ayuntamiento, quien, en convenio colaborativo con la Generalitat, trabaja para explorar la posibilidad de que se construya este espacio de hasta 10.600 m² en la zona del macropou de ataque para las obras en torno a las líneas L9 y L10 del metro. De este modo, se abaratarían los costes de la operación de manera significante, ya que el equipamiento municipal Camp del Ferro 2 –el que lo acogería en el subsuelo– ya está construido.
Otra oportunidad ventajosa del proyecto, según ha señalado el consistorio, es que la Xarxa Districlima que existe en la zona aportaría el valor añadido para realizar una gestión eficiente de la energía, teniendo en cuenta que la instalación del CPD tendría un consumo elevado. En este sentido, también se ha apuntado que las galerías de servicios que existen en la zona y las proximidades de la subestación eléctrica de La Sagrera simplificarían igualmente la gestión del Centro. Por otra parte, el Ayuntamiento ha valorado que el CPD podría jugar un papel importante en el proyecto de aterrizaje en la zona del Besòs de un cable submarino de telecomunicaciones provenientes del este del Mediterráneo.
Por todo ello, y para hacerlo realidad, ambas administraciones públicas han acordado un plazo de doce meses para estudiar de forma colaborativa qué sería necesario para sacar adelante el proyecto. Pues, si bien ya se han realizado estudios preliminares, todavía quedan por realizar análisis jurídicos, técnicos, de consultas con el sector o de régimen de explotación de la infraestructura, entre otros.
Estudios preliminares
Los primeros trabajos de campo que se han realizado respecto a este centro de procesamiento de datos apuntan a que podría tener una dimensión de 10.600 m² dividido en dos plantas y una potencia de entre 12 y 15 megavatios, lo que le convertiría en uno de los mayores centros que hay en Barcelona y en el conjunto de Cataluña. Además, se estima que cerca de un 20% de las instalaciones se reservarían para las propias administraciones públicas (2% por el Ayuntamiento y el resto por la Generalitat).
Los estudios preliminares también han concluido que, dado que el Centro se ubicaría en el subsuelo en una zona ya construida, su emplazamiento sería totalmente compatible con otros usos del suelo que ya estaban previstos, como por ejemplo el campo de fútbol que se ubicará en la superficie, y tampoco supondrán retraso alguno en las obras pendientes de la zona.