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Todos los que visitaron las Tres Chimeneas durante la bienal europea Manifesta 15 Barcelona Metropolitana quedaron impresionados. Más allá de las obras expuestas, las enormes dimensiones del edificio producían un efecto sobrecogedor. Algunos recordaban haber estado ahí con el cole; los más mayores, quizás, recordaban la planta en funcionamiento, y los vecinos de Sant Adrià, los graves problemas ambientales que les causaba cuando aún era una central térmica: el aire estaba tan contaminado que estropeaba la ropa tendida en las azoteas.
Pero durante décadas, las Tres Chimeneas han sido una presencia muda y lejana, aunque evidente, un hito monumental con un punto distópico que ha enmarcado el litoral barcelonés, desde Sant Adrià hasta Montjuïc. Sin embargo, esto está a punto de cambiar con su transformación en el centro neurálgico del Catalunya Media City, un (inmenso) hub “para el desarrollo, la producción y la experimentación de las artes digitales y la tecnología”, que incluirá: formación para 2.500 alumnos al año; fomento de la investigación, residencias y proyectos empresariales con diversas universidades y empresas; un espacio diáfano de 5.600 m² y 17 metros de altura para exhibir proyectos digitales y audiovisuales; varios auditorios, platós, laboratorios, estudios de grabación y una biblioteca de 1.500 m², entre otros.

Un homenaje a Fellini
Para albergar todo este universo, Catalunya Media City convocó un concurso arquitectónico, cuyo ganador ha sido el proyecto É la nave va, de Garcés de Seta Bonet Arquitectes y MARVEL, un homenaje a Fellini “a medio camino entre la arqueología de un pasado industrial reciente y una nave espacial procedente de paisajes futuros”. Y todo ello frente a las dunas, el mar, con espacios abiertos en su interior que permitirán atravesar el edificio entre vegetación autóctona. Conectará la ciudad con el mar, Barcelona con Sant Adrià y con Badalona.
El proyecto mantiene el edificio casi intacto y lo vincula con los espacios exteriores mediante una nueva edificación “porosa”. Destaca su piel tecnológica, capaz de irradiar imágenes y vídeos luminosos, así como los 4.500 m² de paneles solares en la cubierta, que permitirán que el edificio se autoabastezca prácticamente de energía. “Transformar una infraestructura que en el pasado tuvo un importante impacto ambiental en una que promueva el futuro de la colaboración mediática, aprovechando la estructura existente para reducir el consumo energético del nuevo programa, nos parece un objetivo clave para la arquitectura del futuro”, afirma Jonathan Marvel, cofundador del estudio MARVEL.

Como la Tate Modern
La espectacularidad del proyecto induce a pensar que las Tres Chimeneas se convertirán en un lugar emblemático. Para Anna Bonet, del estudio Garcés de Seta Bonet Arquitectes, “la gran sala del tercer piso recuerda a la Turbine Hall de la Tate Modern de Londres, los Aviva Studios Warehouse de Manchester o el Park Avenue Armory de Nueva York. Todos estos espacios únicos de un pasado industrial reciente nos ofrecen unos ingredientes generosos en cuanto a dimensiones, proporciones y capacidades. En el caso concreto de la tercera planta de la sala de las turbinas, tiene 17 metros de altura y 160 metros de longitud. El proyecto potencia el carácter vacío de este magnífico espacio, equipándolo únicamente de forma integral en el techo y el suelo, lo que permite acoger en un espacio flexible cualquier actividad, desde actuaciones íntimas hasta instalaciones a gran escala con capacidad para hasta 4.500 personas.”

