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Junto al Palau Macaya, al final del paseo de Sant Joan, hay una finca modernista que, hasta hace poco, estaba abandonada. Es la Casa Dolors Alesan. Quizás os habíais fijado en sus dos tribunas llenas de vidrieras con motivos florales, o en los balcones de piedra y hierro forjado. Ahora, el edificio ha recuperado el esplendor de la época modernista gracias a la reforma que ha llevado a cabo el estudio de arquitectura Bach, que no sólo se ha dedicado a restaurar las viviendas, sino a ampliarlas. Desde fuera no lo dirías nunca, pero en la parte superior se han construido dos dúplex modernos, de 190 m² cada uno.
Recuperar el esplendor modernista
El objetivo es mantener un riguroso respeto por todos los elementos que caracterizaban esta finca señorial de principios del siglo XX. Por este motivo, los arquitectos realizaron una labor exhaustiva de catalogación y redibujo, que les permitió descubrir, por ejemplo, que el color original del vestíbulo era el verde.
Todos los detalles de la casa se han conservado: los estucados, la metalistería, las vidrieras y la gran claraboya de la cubierta, que proporciona luz natural a todos los espacios.
En el hall, te da la bienvenida una escalera que tiene una barandilla de hierro forjado decorada con flores. Como las flores eran tan delicadas, algunas se habían estropeado, y los arquitectos optaron por reproducirlas de nuevo para poder replicar la escalinata a la perfección.
Dentro de los pisos se conservan los suelos hidráulicos y la mayoría de techos con decoración en escayola, así como las tribunas en fachada y las galerías de interior de la manzana. Cada planta tiene 4 viviendas, de aproximadamente 80 m² cada una.
La labor de Bach Arquitectes no ha sido fácil. La reforma debía multiplicar el número de viviendas del inmueble (que ha pasado de 8 a 18) y, a su vez, conservar todos los elementos originales para que no se perdiera el carácter de la finca.
Sin embargo, este reto “también era la parte divertida del proyecto, la que te permite jugar e imaginar”, explica Eugeni Bach. El resultado son pisos valorados entre 700.000 y 2 millones de euros. Los más caros, por supuesto, son los áticos.
Dos dúplex de lujo con vistas a la Sagrada Familia
El estudio Bach Arquitectes tuvo que definir cómo ampliar la finca con dos viviendas dúplex en cubierta de 190 m² cada una. Cada dúplex tiene dos terrazas: una que da al paseo de Sant Joan y que ofrece mucha privacidad, y otra más aireada en el lado posterior del edificio, con vistas a la Sagrada Familia.
Los áticos tenían que integrarse en el edificio existente, y consiguieron que desde el paseo de Sant Joan de fuera sean casi imposibles de detectar: ¡únicamente podréis verlos cuando hayan caído las hojas de los árboles! Eso sí, los dúplex son claramente identificables desde los jardines de Agustí Centelles y desde las fincas vecinas.
La Casa Dolors Alesan, junto al edificio vecino Palacio Macaya de José Puig i Cadafalch, es una de las fincas más excelentes del paseo de Sant Joan de Barcelona. Encargada por Dolors Alesan en 1902 al arquitecto Enric Fatjó i Torras, la finca forma parte del Patrimonio Arquitectónico de Barcelona con grado de protección B por lo que no es posible su derribo y se obliga a su mantenimiento. Por ese motivo, la propiedad actual encargó a Bach Arquitectes su reforma y ampliación, que ha recuperado los detalles que se habían perdido por el desgaste de más de 100 años de historia.