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Así es el espectacular restaurante que acaba de abrir uno de los mejores chefs jóvenes de Barcelona (¡y tiene menú de mediodía!)

Asociado con una de las mejores cafeterías de especialidad del mundo, aquí se come de lujo por poco más de 20 euros

Ricard Martín
Escrito por
Ricard Martín
Editor de Menjar i Beure, Time Out Barcelona
Restaurant Gegant
Foto: Ricard Martín | Restaurant Gegant
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Espectacular por la cocina y el servicio, que no por el espacio. El restaurante Gegant "es poco más que una cueva en la pared". Así lo define Jordi Mestre, fundador y copropietario de la tostadora de café Nomad –su cafetería-tostadora Frutas Selectas está en la puerta de al lado–  y uno de los tres socios de Gegant. Los otros dos son Joan Vallès (ex Fermí Puig, Monocrom, Alkostat) a la cocina e Iván Fernández, propietario durante ocho años del bar de vinos 035, en sala y sommelier.  

Gegant, que ocupa un local que quedó desocupado en el inmueble de al lado de Frutas Selectas, hace apenas un mes que abrió –en la recta de las cafeterías de especialidad de Poblenou, la calle Pujades– y ya registra llenos para comer y para cenar. Si tienes suerte –como quien escribe– podrás encontrar un agradable rinconcito en la barra. Y el hype está justificado.

Joan Vallès, el chef, fue jefe de cocina de Fermí Puig a los veintipocos

En la franja de menú de mediodía, por 22,50 euros, comes pura cocina catalana, con productazo fresco de temporada y unas maneras de alta gastronomía (Vallès, que todavía no ha cumplido 30, a los veintipocos fue jefe de cocina de Fermí Puig, y afianzó una reputación de maestro del guiso en Monocrom y Alkostat). Fernández, de una manera agradabilísima y sigilosa, está a cargo de la sala, y te da a probar dos vinos naturales para que decidas que copa beberás en tu menú: un tempranillo Morenillo de la Terra Alta, o un Albahra Tintorero. Buenísimos y muy especiales, los dos con crianza en depósitos de hormigón (un poco como el local, con una puerta de metal y vidrio enmarcada en una fachada de cemento sin florituras). 

Restaurant Gegant
Foto: Ricard MartínRestaurant Gegant

Quizás hay mejores locales, pero la comida se desenvuelve sedosa, con mantelería de hilo, un servicio y una comida impecables y el puntazo de tener sommelier en un menú de mediodía. Ante la emoción de ver legumbre y cuchara, de primero pedí caballa en escabeche con mongeta del ganxet (era un escabeche caliente), y de segundo un bacalao. La caballa era muy buena, un escabeche ligero, ideal para conjuntar con legumbre.

Pero lo del bacalao de segundo era de otra galaxia, poco avistada en franja de mediodía: un pescado al punto de sal y de cocción que se deshoja en un caldo espeso y gelatinoso, con tanta sustancia que parecía pilpil. Y le daba un contrapunto dulces retales de pescado, que en mi ignorancia supongo que deben ser tripa u otra parte menuda del gádido. Todo puntuado por garbanzos de textura melosa. De traca, vaya. De postre, tiramisú o queso azul y membrillo. 

Restaurant Gegant: ¡vaya bacalao!
Foto: Ricard MartínRestaurant Gegant: ¡vaya bacalao!

Los otros platos del menú, que cambia semanalmente, eran, de primero, puerros confitados con salsa gribiche –salsa francesa de Normandía, con base de huevo duro emulsionado con mostaza y aceite–, ensalada de lentejas con oreja de cerdo y encurtidos. De segundo, conejo con caracoles y tripa estofada con gremolata (salsa lombarda de ajo, perejil, limón y anchoa). Como podéis ver, tradición catalana, sabores potentes, puntuados con préstamos de cocinas primas hermanas: cero infantilización del paladar y cero concesiones al aguacate o al bruncheo anglosajón.

"A veces olvidamos que un café solo es un café, y por eso a la gente le puede parecer pedante y elitista", entona un cierto mea culpa Mestre –Nomad está considerado el séptimo mejor tostador de café del mundo segun Roastful–, que añade que "el café de especialidad no tiene por qué ser globalizador. En Frutas Selectas, el plato del día suele ser cosas como macarrones o fricandó". Es por eso que han abierto un restaurante cien por cien dirigido a locales, de pura identidad catalana moderna. Por la noche, una carta de un precio medio de 35 euros, con 5 entrantes y platos como capipota, pescado del día o mollejas a la mantequilla (y una carta de vinos selectos y singulares que puede hacer subir bastante el tiquet si no vigilas). 

El café de especialidad no tiene por qué ser globalizador

¿Gegant? ¿Ambición? ¿Ironía? "Queríamos hacer referencia a la cultura local. Un gigante es un elemento de fiesta mayor, tradición, grande, en el que dentro hay gente pequeña. Nosotros somos gente corriente que opera un negocio y queremos que sea una fiesta". En aras de que Gegant sea también una fiesta para los que lo mueven, cierra sábado y domingo. Y un dato curioso: ¡los fundadores del café de especialidad moderno en Barcelona no tienen café en su restaurante! La cafetera llegará en marzo. Pero te lo traen de la puerta de al lado, si quieres. 

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