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Andorra ha estrenado una nueva atracción turística para los más aventureros. Se trata de un puente colgado de 600 metros de largo –uno de los más largos del mundo– a una altitud de 1.800 metros. La instalación está situada en la parroquia de Canillo, cerca del Roc del Quer, y se ha construido con el objetivo de atraer turismo durante todo el año.
El proceso de construcción del puente –en el que la principal dificultad fue la colocación de los cables de 20 toneladas cada uno– ha durado 18 meses y ha costado 4,6 millones de euros. Al finalizar la obra se superó la prueba de carga para comprobar la respuesta de la estructura y así dar paso a su apertura.
Desde el centro del puente tibetano se puede ver el Valle del Río, con la segunda cima más alta de Andorra a fondo, el pico del Estanyó, a 2.915 metros de altitud.
Para cruzar el puente es necesario comprar las entradas por internet o en la Oficina de Turismo. El pase individual es de 12 euros y para menores de 12 años, carné joven y residentes de Andorra de 9 euros. Es importante remarcar también que el acceso a la infraestructura sólo se puede hacer en autobús desde el pueblo de Canillo o desde el parking del Mirador del Roc del Quer, o caminando.