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Con 130.000 entradas vendidas antes del estreno, el 19 de septiembre en el Teatre Victòria, la cuarta producción de 'Mar i cel' de Dagoll Dagom ya es el espectáculo de la temporada. Es la despedida de la compañía y lo hace recuperando su éxito más estallando, con un reparto muy joven encabezado por Alèxia Pascual y Jordi Garreta, que se ponen en la piel de los personajes principales de la historia inventada por Àngel Guimerà, Blanca y Saïd, una chica cristiana y un corsario morisco destinados a enamorarse. Ambos son hijos de 'Mar i cel' y ahora asumen el reto de ser los últimos protagonistas del musical.
¿Sentís cierta responsabilidad por ser los últimos Blanca y Saïd?
Jordi Garreta: Sí, totalmente. Después de tantos años y de las veces que se ha hecho, hay un punto en el que dices: ahora nos toca a nosotros. Hay nervios, nervios buenos.
Alèxia Pascual: Hay mucha responsabilidad, pero creo que es lo más bonito de la obra: sentir ese peso y esa importancia.
¿Qué es para vosotros 'Mar i cel'? No sé si visteis alguna producción anterior...
A.P.: La de 2014, sí, pero si no la hubiéramos visto, conoceríamos igualmente las canciones, porque creo que están ya dentro de la cultura colectiva de Catalunya. Porque las has oído en la escuela, porque no sabes por qué, pero te las sabes.
J.G.: Es increíble. Hace mucha ilusión. Yo la vi en el 2014 y ojalá pudiera tener una máquina del tiempo y volver. Ver la producción de 2004, la del 88, la del 89 en Madrid...
"El amor prevalece por encima de todo, de los conflictos y de los abusos de poder y de las creencias"
¿Cómo de actual creéis que es la historia?
A.P.: Es muy actual. Es una historia que, al final, es muy universal porque la podemos trasladar a cualquier contexto y a cualquier momento y está totalmente vigente. Por un lado, está el conflicto: la guerra. Ocurre ahora mismo en muchos lugares del mundo, el conflicto por religiones o creencias. Y, por otra parte, tenemos un amor imposible que todos, en mayor o menor medida, hemos vivido en algún momento.
J.P.: Es importante reivindicar que el amor prevalece por encima de todo, de los conflictos y de los abusos de poder y de las creencias.
¿Cuáles son los retos que os ha planteado el montaje?
A.P.: Es un musical que tiene mucha complejidad. La partitura es muy complicada y tienes que estar muy pendiente porque es muy fácil irte de la partitura sin darte cuenta. Por otra parte, es una obra que tiene mucho peso dramático. Como actores, debemos estar muy presentes y muy concentrados porque lo que pasa son cosas muy fuertes. Técnicamente, además, tenemos un barco que gira, que baja, tienes que subir escalerillas, bajarlas. Hay trampillas. Tienes que salir por aquí y por allá. Realmente todo es muy complejo.
J.G.: No podría estar más de acuerdo.
"En la pelea de cuchillos si algo sale mal se va todo al garete"
Es traviesa coreográficamente, ¿verdad?
J.G.: Es una obra muy coral donde todo el mundo tiene su parte de responsabilidad. Somos como engranajes, si uno falla, todo se va. Por eso hace falta mucha concentración y debes ser metódico en todo lo que haces. Yo tengo una escena en concreto, que es la de la pelea de cuchillos, en la que si algo sale mal se va todo a pique.
¿También exige mucho físicamente?
J.G.: Los piratas se tiran por cuerdas, subir y bajar del barco...
¿Habéis utilizado algún referente para ser Blanca y Saïd? Antes de vosotros, lo fueron Àngels Gonyalons, Carlos Gramaje, Roger Berruezo, Elena Gadel, Ana San Martín...
J.G.: Es inevitable fijarse en el legado que han dejado. Al final, los hemos visto y sabemos lo que se ha hecho. Pero debemos recordarnos a nosotros mismos que cada uno tiene sus cosas que ofrecer. Inevitablemente, coges cosas, pero hemos querido sacarlo de nosotros mismos y hacer una Blanca y un Saïd totalmente distintos. Habrá cosas que te recordarán a otros actores, pero siempre desde nuestra esencia.
A.P.: Todos hemos hecho el mismo personaje, pero, al final, somos personas distintas. Por eso ofrecemos diferentes cosas al personaje. Esto es lo que debemos hacer: no copiar a nadie y hacerlos desde nosotros, desde nuestro universo, para ofrecerle todo esto al personaje y que sea lo que siempre ha sido.
"En la tele, estaba en directo frente a millones de personas. Ahora estoy sacando el aprendizaje de todo esto"
¿Qué experiencia te ha dado haber pasado por un 'talent show'?
A.P.: Me ha aportado cosas. Todo es aprendizaje. En el concurso de televisión ['Euforia'] saqué unas cosas que ahora me están ayudando, en cuanto a gestión emocional, artística, enfrentarte a retos muy grandes. En la tele, estaba en directo frente a millones de personas. Ahora estoy sacando el aprendizaje de todo esto. Pero tengo que disfrutarlo: si no, ¿en qué se resume mi trabajo? Lo importante es siempre disfrutarlo.
¿Creéis que ha sido muy difícil para vosotros llegar hasta aquí?
J.G.: Siempre hay un factor de suerte y que debes ser muy insistente y no decaer. Podría contar todas las veces que me han dicho 'no', a muchos proyectos. Siempre se ve dónde te han dicho 'sí' y nunca dónde te han dicho 'no'. Si miro atrás, sí siento que me ha costado llegar hasta aquí. Esto es una carrera de fondo y la vida es una montaña rusa... El aprendizaje y las cosas que te llevas de cada proyecto es lo que nos hace fuertes y, gracias a lo que he vivido, ahora puedo vivir esto con mucha felicidad y muchas ganas.
A.P.: Jordi ha dicho la palabra clave: es una carrera de fondo. Confío mucho en el trabajo y es verdad que nuestra profesión es muy complicada: no existen muchísimas oportunidades. Pero creo que si vas haciendo, vas construyendo sin pretender llegar de repente... Tienes que ir trabajando y trabajando y esforzándote. Somos unos afortunados de poder estar aquí porque solo hay una Blanca y un Saïd. Lo importante es que si tú realmente quieres dedicarte a este oficio, creo que encontrarás la forma de hacerlo si no pierdes la esperanza y la ilusión.
"Ser actor o actriz, cantante, ser artista, no significa estar siempre en la avenida Paral·lel"
El actor y la actriz de musical de este país deben tener esto: esperanza, ilusión... ¿y resiliencia?
J.G.: La resiliencia es muy importante.
A.P.: Debe tener esperanza, ilusión y ganas de trabajar. Las cosas no te vienen regaladas.
J.G.: Y debes tener mucha conciencia de que igual no te acabas dedicando a ello. Tienes que saber que muchas veces no trabajarás.
A.P.: Además, realmente, ser actor o actriz, cantante, ser artista, no significa estar siempre en la avenida Paral·lel, en el Teatre Victòria. Todos los que estamos aquí hemos pasado por trabajos que no son lo que soñamos. Hemos pasado por procesos que seguramente no nos han gustado. Pero también forman parte del trabajo. La ilusión es vital para no dejar de trabajar, básicamente.
¿Qué os ha pedido Dagoll Dagom? ¿Por qué os eligieron a vosotros?
J.G.: No lo sé. Creo que hubo muchos factores. Debió gustarles algo de nosotros, quizás nuestra conexión en escena, porque hubo muchas pruebas en las que estuvimos juntos.
A.P.: Creo que son muchos factores: ajustarse al personaje, un registro vocal, un perfil físico, nuestra conexión, que fue muy rápida, etcétera...
La química entre Blanca y Saïd es vital.
A.P.: Es importantísima.
¿Qué vacío dejará Dagoll Dagom?
A.P.: Muy grande.
J.G.: Lo acabas de decir y ya lo estás dejando.
A.P.: Son la historia del teatro musical catalán. Seguramente, surgirán otras cosas que nunca serán Dagoll Dagom, que es lo que debe ser. Dejan una huella histórica muy grande. No hay más que ver que a 'Mar i cel' va gente que nunca va al teatro y eso solo lo han conseguido ellos. Es una compañía que lleva años y años trabajando.
Cincuenta.
J.G.: Se dice pronto.
Si mañana Anna Rosa Cisquella y Miquel Periel, los fundadores de Dagoll Dagom con Joan Lluís Bozzo, decidieran montar de nuevo otro espectáculo y contar con vosotros, ¿qué musical de su historia elegiríais?
J.G.: Yo lo tengo muy claro: yo haría 'cop de rock'. Voy siguiendo los pasos de Roger Berruezo. Yo también hice 'Cuéntame', estuve en 'El médico'... He estado en muchos proyectos donde él ha estado.
A.P.: Es maravilloso que acaben con 'Mar i cel' porque es el musical que más me gusta de todos los que han hecho. Si no, propondría 'Flor de nit'.