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Bestiari: la nueva coctelería de Mariposa Negra dedicada al bestiario medieval de Barcelona

El 'bartender' Luca Corradini ¡hace tragos de autor dedicados a la Víbria o a la Cerda de Sant Antoni!

Ricard Martín
Escrito por
Ricard Martín
Editor de Menjar i Beure, Time Out Barcelona
Bestiari Cocktail Bar
Foto: Bestiari Cocktail Bar Bestiari Cocktail Bar
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El Born va lleno de carteles de coctelerías y restaurantes en inglés que prometen "extra large grilled cheese sandwiches", "best ramen in town" y cócteles con los que es posible hacer un "living on the edge". No negaremos que muchos de estos lugares son de calidad, pero escuece que después de tantos años siendo receptor de tendencias y turismo, la identidad local del Born y la Ribera –el barrio medieval de Barcelona– vaya quedando más diluida que la aspirina que te tomas al día siguiente de arrastrarse por las barras del paseo.

Por eso es de agradecer que el segundo proyecto del 'bartender' italiano Luca Corradini, Teresa Sáez, a cargo del marketing y las redes sociales, y el empresario José Carlos Infante sea el Bestiari: nada menos que una coctelería... ¡Dedicada al bestiario popular y mitológico de Barcelona! Cada trago de Bestiari, donde estuvo la coctelería Borneo, en la calle Rec, está dedicada a una fiera fantástica. El concepto es una idea a medias de Sáez y Corradini. Ella es de Toledo, "y Luca es italiano, y siempre me han llamado mucho la atención las bestias mitológicas de Barcelona, ​​nunca antes las habíamos visto. Vivimos muy cerca del Born, y cada dos por tres veíamos salir bestias, correfocs y geganters. Y pensábamos: '¿qué narices está pasando' aquí?", ríe Sáez.

Todos los vasos estan hechos a mano uno por uno por el coctelero

Como su Mariposa Negra, Bestiari Còctel Bar es un proyecto radicalmente artesano. Si en el primer bar el hilo conductor era el universo literario de Ruiz Zafón y los vasos de cerámica hechos a mano uno a uno, en Bestari mandan las fieras medievales y los vasos de cobre y metal (cien por ciento aptos para el uso alimentario, nos aseguran). "El Born es un barrio muy medieval, donde estaban los gremios de artesanos, todavía hoy los hay, y quisimos imaginar la coctelería como una especie de cantina medieval, con las fieras y gente que bebiera con vasos de cobre ", explica Sáez.

¿Os apetece probar la Mulassa del Bestiari?
Foto: Bestiari Cocktail Bar¿Os apetece probar la Mulassa del Bestiari?

El interiorismo casero, cien por cien ideado y ejecutado por Corradini, parece absorber la luz del sol y convierte al bar en una penumbra sombría amistosa (O no. Por todas partes hay versiones minimalistas de las fieras del bestiario que confieren al lugar un toque inquietante). Corradini me hace pasar al taller de la coctelería: primero veo las garrafas de licores que elabora él mismo –amaretto, limoncello, licor de chile...– y después entramos en el taller de sólidos.

Con rotaflex y soplete –¡de metal, no de cocina!– me enseña cómo corta tubos de cobre, suelda el fondo y añade un pie de hierro retorcido y los decora hasta convertirlos en vasos del cóctel. Esto es sí que es 'heavy metal', ¡y no los vasos de fantasía con decoración de fondo de pecera en miniatura! "Somos una coctelería de autor al cien por cien y artesana en la medida de lo posible. Y esto es lo que queremos proporcionar al cliente: un producto artesano y único, empezando por los vasos, y terminando por un concepto local y que tenga que ver con el barcelonés", explica Corradini.

La mitad de la carta del Bestiario puede servirse sin alcohol
Foto: Bestiari Cocktail BarLa mitad de la carta del Bestiario puede servirse sin alcohol

El coctelero estuvo trabajando en el American Bar del Savoy, entre otros, y sabe muy bien lo que se hace. Pruebo el Estarrufadet (en honor al bebé dragón de Poblenou donde los niños cuelgan los chupetes): limoncello casero con sal del Himalaya, mermelada de frambuesa, limón, zumo de naranja fresco, jarabe de boldo –una hierba curandera– y esencia de pino. Un trago buenísimo, con un punto cítrico y de fruta carnosa que baja como agua fresca. "Ojo, que las bestias pueden ser protectoras y simpáticas, pero también malignas", ríe Sáez.

La gente empieza a estar harta del minimalismo perfecto de alto standing

De hecho, hay una primera parte de la carta que son tragos frescos y sabrosos –todos pueden pedirse sin alcohol– y una segunda de tragos cortos y fuertes. Y así, pasamos de bestezeulas simpáticas y afrutadas como el Fénix o la Mulassa a fieras con mala leche y peso específico, llenos de humo y bosque frondoso, como una Víbria que pasa de dragona tetuda y malcarada a un trago con whisky ahumado, vino de porto, amaretto y licor de avellanas caseros. Corradini, que ha recortado y pintado uno por uno los paneles de madera de las paredes, considera que pasar un rato en el Bestiario estimulará a la gente "cansada del minimalismo perfecto de alto standing".

Y pese a ser un bar dirigido al local, está hecho siguiendo la escuela inglesa: " 'people, product, placement', las tres cosas de las que están hechos los bares", dice Corradini. Siguiendo esta norma, si te apetece un trago clásico y respetable –un negroni o whisky sour– te lo prepararán con su oficio y sin ningún problema. He dicho respetable: ¡este no es un sitio para pedir mojitos de verde nuclear!

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