[title]
El concepto es tan simple como efectivo; Berto's Milanesa (Travessera de Gràcia, 35) es ¡un restaurante de milanesas que está situado en un museo dedicado a Maradona! Albert Bonhomme montó Instamaki, un sushi a domicilio que lo petó tanto que fue el preludio de los restaurantes virtuales de Glovo. Y saltó al restaurante real con una cadena de comida rápida donde cada local es un museo dedicado a "grandes vividores, porque nos hacen mucha gracia", ríe. De hecho, hay uno dedicado al sátrapa Juan Carlos de Borbón (Berto's Milanesa - Museo Juan Carlos, Diagonal 535) y otro a Julio Iglesias, en el centro comercial Splau.
Preparan unas milanesas más que decentes, más cortas pero más gruesas que las argentinas (porque aquí no tienen ninguna pretensión de autenticidad, pero la comida está la mar de bien). Te encontrarás las recetas clásicas (con jamón dulce, mozzarella y tomate) y también fantasías como una mallorquina, con 'topping' de sobrasada y miel (y un menú de mediodía a precio muy asequible y sin límite de repetir de bebida). Ahora bien, te recomiendo encarecidamente que comas en el salón interior, un primoroso museo dedicado sobre todo a la etapa de Maradona en el Barça, pero también con material de su periplo italiano.
No está montado desde un punto de vista serio, sinó desde la ironía
"Obviamente, los museos no están montados desde el punto de vista de la admiración o serio –bueno, el de Maradona, sí, un poco–, la gente podría ofenderse, pero este espacio tiene un componente artesano y de fan", explica Bonhomme, que asegura que lo han montado un amigo y él desde cero. Es todo un salón recubierto de recortes de diario y memorabilia –alguna verdadera, alguna falsa– con páginas como la célebre de "Maradona contra la droga" o una muy psicotrónica "Marcha azulgrana hacia Andorra: las fuerzas viva del barcelonismo se han puesto en marcha con la utópica 'marcha azulgrana' en Andorra' para conseguir las divisas necesarias para hacer frente al pago del fichaje de Maradona". El recorte es de principios de los ochenta, pero parece que sea del 64. Y claro, hay todo un muro dedicado en la decadencia del personaje que es espectacular.
Se nota que está hecho de una manera personal y artesana: Bonhomme ha montado el museo recorriendo la mitad de los anticuarios de Barcelona."¡Fliparías con las cosas que se vende la gente! ¿Quién se vende por 10 euros una página de un diario deportivo 40 años después?", ríe. Se accede al museo atravesando un espectacular pasillo con neones, y la antesala es un comedor convencional con fotos de famosos comiendo.
NO TE LO PIERDAS: Los mejores restaurantes argentinos de Barcelona