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Fin de semana en Ikea; ese clásico costumbrista que incluye pasarte tres horas haciendo cola, pelearte con una abuela por el último centrifugador de ensaladas, ponerte tieso–y descompuesto– de albóndigas dudosas y marrones, y llegar al límite del divorcio con tu pareja... Esta situación masoquista y tragicómica podría tener los días contados (hasta cierto punto).
Porque el próximo miércoles, tres de marzo, Ikea abrirá su primera tienda en Barcelona ciudad. Y nada de situación poligonera: la tienda estará en el número de 445-447 de la Diagonal –donde hubo un Nice & Crazy– y tendrá más de 500 m2. Esto puede parecer poca cosa si lo comparamos con los 18.000 m2 de Ikea Hospitalet, pero hay que tener en cuenta que la cadena sueca abre en Barcelona en el formato de Planning Studio, sin venta directa de objetos. El cliente pide cita previa, y en un espacio de exposición recibe asesoramiento personalizado centrado en el diseño de cocinas y armarios modulares (lo que viene a ser una tienda de muebles de toda la vida, vaya).
El gigante sueco ya abrió el pasado julio un Planning Studio en Sant Pere de Ribes. Según explica la compañía, este formato "persigue los objetivos de hacer de Ikea una compañía más accesible y asequible para dar respuesta a las nuevas necesidades de los consumidores, que también demandan espacios más pequeños y con atención personalizada". Y ha privilegiado Barcelona por delante de Madrid porque en Barcelona se concentran la mayor parte de las ventas: en el 2019, 367 millones de euros en ventas frente a los 363 millones de Madrid. Eso sí: Ikea cerró su ejercicio del 2020, el 31 de agosto, con una facturación de 1477 millones de euros frente a los 1596 facturados el 2019.
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