¡En Starbucks no se puede mirar porno!

Obviedad: más que el buen café -aquí tienéis una lista de los mejores! -, lo que ha hecho triunfar a Starbucks en todo el mundo es la sensación que pasarás un rato en el salón de casa: repantigado en un sofá, y pegado al wi-fi. Ahora bien, ¿vosotros miráis porno en el sofá de casa? Resulta que la cadena de cafeterías, después de unos años de promesas, lo ha hecho: ha eliminado los contenidos pornográficos de su wi-fi mediante un filtro que permite los contenidos adultos pero bloquea el sexo explícito. Haciendo especial énfasis en el canal You Porn. Todo esto se hizo efectivo antes de Año Nuevo.

Ahora bien, You Porn no ha tardado en ejercer una respuesta llena de sentido del humor: su vicepresidente envió esta comunicación a la plantilla el pasado 1 de enero:

«Estimado equipo de You Porn: En vistas de la noticia de que Starbucks ha bloqueado los clientes para que no puedan buscar y ver contenido para adultos en sus establecimientos, los productos de Starbucks serán expulsados ​​oficialmente de las oficinas de You Porn a partir 1 de enero de 2019. Consulta a tu gerente directo para cualquier pregunta »(No me imagino a ningún supervisor arrebatando vasos de 'latte' a los empleados, mientras editan filmets también llenos de 'latte').

¿Y en España?

Pues ya os podéis imaginar que esto es un pitorreo (literalmente). ¿Esta prohibición se ha hecho efectiva? Pues bajamos al Starbucks de la esquina a ver qué pasa. Y después de pedir un par de cortados correctos -por favor, ni se os ocurra pedir ese horror de pseudocafé llamado 'frapuccino spice latte', un cúmulo imbebible de azúcar, picante y calabaza- pedimos la contraseña y nos conectamos sin problemas el You Porn (la foto de arriba es la prueba).

Algunos dirán que ver porno en Starbucks es aberrante y totalmente fuera de contexto. Ahora bien, el estado en que nos encontramos la tienda de una de las calles de referencia de Barcelona, a Ferran -sofás sucios y llenos de migajas, tazas de cartón tiradas, comida momificada- no queda tan lejos de la sordidez de los cines porno desaparecidos.

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