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¿Hay algo que apeste más que los tópicos y los estereotipos? Eso de los catalanes sosos y ahorradores y los madrileños alegres y manirrotos (¡como si no hubiera señoritos madrileños sosainas! Toma sitio común). Pero tras un tópico siempre hay un pedacito de verdad: cojámonos los estereotipos con pinzas, pero es innegable que las generalizaciones tópicas y temerarias sobre barceloneses y barcelonesas esconden algo de realidad. Los estereotipos aquí listados se basan en una pequeña encuesta a residentes no nacidos en Barcelona (como yo mismo) y a catalanes no barceloneses.
1. "Sois secos y prepotentes". Esto me lo dice la bibliotecaria de un pueblo ampurdanés de postal, de unos diez mil habitantes. ¿Por qué nos dice esto? "Los barceloneses siempre vienen a última hora en la biblioteca haciendo las preguntas más molestas. 'Cómo funciona el catálogo 'on-line?', por ejemplo. Son prepotentes, secos y poco empáticos. Y los más simpáticos te piden si has leído el libro que quieren. Por ejemplo, el de @KRLS, la Rahola o Llach, como si este trío fueran los mejores escritores de la última generación". Barcelonés, ejerce la empatía y lee a autores más jóvenes, hombre.
2. "Cuesta que te cojan confianza, pero una vez lo han hecho, tienes a un amigo para toda la vida". Que me lo digan a mí: hace quince años que soy amigo de un argentino y el otro día me decidí, finalmente, a aceptar la invitación de ir a comer a su casa. Pero de mutuo acuerdo lo suspendimos por la cosita esta de la Covid-19. En fin, tal vez cuando lleguen los marcianos eugenésicos que nos esclavicen, ya habremos hecho la famosa barbacoa ... Supongo que remar en las galeras interestelares fortalecerá nuestra amistad.
3. "Preguntáis demasiado". Fruncimos el ceño cuando nos piden por la Sagrada Familia –escogida el mejor monumento del mundo–... Pero cuando salimos de nuestro municipio –algo que ahora no podemos hacer sin riesgo de sanción– "hacéis muchas preguntas, de restaurantes y horarios, como si el resto del mundo fuéramos una oficina de turismo", me dice un amigo mecánico y conductor de grúa en Girona. Chicos y chicas del Eixample, ¡Googlead más cosas que no sea vuestro nombre o el de vuestro 'crush'! "Y por si fuera poco, conducen esnifándose la raya de las carreteras estrechas", remata, indignado.
4. "Tenéis un sentimiento de inferioridad respecto a las culturas del norte". Esto me lo dice un amigo, medio francés medio inglés, que hace años que vive en Barcelona: afina diciendo que "tenéis una aptitud deslumbrante para despreciaros a varios niveles respecto a los vecinos del norte: sobre todo en el ámbito artístico, arquitectónico y gastronómico" (y añade que los londinenses nos ganan por goleada si hablamos de gente tacaña y seca). O sea que barcelonés que vienes de Les Corts y sales al mundo... ¡Eres la hostia (en patinete eléctrico)! ¡Te lo tienes que creer más! O no, porque según mi sondeo, los barceloneses ...
5. "Tenéis un sentimiento de superioridad respecto al resto del estado". Esto me lo dice una amiga navarra que ha vivido en Barcelona y tiene dos hijos con un catalán. "A veces caéis en el error de consideraros un modelo a seguir por el resto del territorio, sobre todo en temas de política, cultura, urbanismo y tendencias. Y esto hace que podáis caerle mal a mucha gente. Aunque exagero: yo os adoro", matiza. En 1992 nos pegaron un chute de autoestima gigante, y el síndrome de abstinencia (también conocida como complacencia, 'cofoisme' en catalán) está siendo muy duro. Así como dimitir no es un nombre ruso, autocrítica tampoco debería sonar a picante húngaro.
6. "Os pensáis que todo es un parque temático". Esta es la queja que me hace el jefe de mantenimiento de un parque natural. "Los visitantes del parque más descolocados siempre vienen de Barcelona. A menudo preguntan: '¿dónde están los animales?'. Como si un parque natural fuera el zoológico de Barcelona. O se quejan con mala leche porque se han encontrado una mierda de vaca o de caballo en medio del camino". Pero no todo es negativo, porque ...
7. "Sois de celebrar cosas siempre y os gusta mucho disfrutar de la vida". Una amiga norteamericana, residente en Barcelona, considera que "quizás sois un poco cerrados, pero con cualquier excusa montáis una fiesta o un festival, y eso está muy bien, sobre todo si vienes de un país como el mío, donde sólo hay diez días de vacaciones al año". Su compañero, irlandés, añade que "sabéis disfrutar de la vida y hacer durar unas buenas rondas de cerveza al sol de una terraza". Viniendo de un irlandés, un pueblo que ha convertido el hecho comunal de compartir cerveza en literatura y música sublime, es todo un halago.
8. "Sois generosos". ¿Quién ha dicho que los barceloneses somos rácanos? Una enóloga, propietaria de una bodega en medio de una ruta de enoturismo, me cuenta que los visitantes de Barcelona son, de lejos, los que más dinero se dejan en su negocio, en vinos y productos de la tierra. "Mucho más que los franceses o alemanes", me explica, para añadir que "si coincide con su ideario, los barceloneses privilegian el producto local y le dan su apoyo por encima de todo".
9. "Os gusta montar el numerito para demostrar que sois generosos". Esta la digo yo. Cuando un barcelonés invita a otro a un carajillo, la lucha por ver quién desenfunda la cartera más rápido parece el duelo de 'OK Corral', con riesgo de taladrar el ojo con la visa al camarero (que a menudo siente vergüenza ajena cuando montamos la performance). Y si hablamos de un barcelonés que invita a cenar a otro, la virulencia del dúo de carteras-sable puede acabar con ojos morados y tibias y amistades rotas.