[title]
Algunas discotecas catalanas -entre ellas 9 de Barcelona- repartirán tapas a los clientes para que protejan las bebidas. Con esta medida, pretenden impedir que alguien les pueda meter droga en el vaso y, así, evitar posibles agresiones sexuales. La idea la ha explicado hoy Joaquim Boadas, secretario general de la FECASARM, en el programa Planta Baixa de TV3.
La previsión es que la medida se implante en junio, alrededor de las fiestas Sant Joan, cuando hasta 25 discotecas catalanas repartirán estos productos o los venderán a la entrada. En concreto, habrá dos modelos de tapones disponibles: los que tapan el vaso con un papel de aluminio desechable que permite cubrir la bebida -con código QR que tendría línea directa con la policía- y lo que es una goma de cabello que se convierte en una tapa.
Boadas detalló que, actualmente, algunas discotecas ya disponían de distintivos internacionales de seguridad, y otras discotecas se adherirán por primero. El nuevo protocolo internacional para prevenir agresiones incluirá el 'Ask for Angela', un código que consiste en preguntar a un camarero por Ángela para expresar que estás en situación de peligro. También piden las personas que han sido condenadas por delitos sexuales no puedan entrar en las discotecas, como en países como Dinamarca.
Con este nuevo protocolo, las discotecas se comprometen a formar a todo sus trabajadores, desde camareros a personal de seguridad, para estar atentos y saber cómo actuar ante un caso de agresión sexual. De momento, en la ciudad de Barcelona son nueve las discotecas que utilizarán estos recursos: Sutton, Gatsby, Opium, Shôko, Sala Apolo, Input High Fidelity Dance Club, Carpe Diem Lounge Club, Pacha Barcelona y Bling Bling Bcn.
La medida ha levantado críticas para el foco que pone en la víctima, como ha expresado en el mismo Planta Baixa la psicóloga Elena Cresi, quien considera que "lo que debería hacerse es interpelar a los hombres que cometen estas agresiones". Además, desde el Observatorio Noctámbul@s (un observatorio sobre violencia sexual en entornos de ocio nocturno y consumo de drogas) han puesto de manifiesto que la droga más presente en los casos de sumisión química es el alcohol, y por eso la medida de las tapas es inefectiva. La solución, explican, requiere trasladar la mirada de las drogas al consentimiento y enfocar las medidas de prevención a los potenciales agresores.