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Al mal tiempo, buena cara. Y una montaña de libros para leer. Ahora que no podemos visitar las mejores librerías de Barcelona, donde nos gustaría quedar confinados, tenemos la opción de atacar aquella montaña de libros que nos acecha cada día implorando clemencia. Quizás pescaremos la gran novela de Sant Jordi. Quizás tendremos material para entretenernos en las redes sociales un buen rato. Quizás haremos el descubrimiento de nuestra vida. Lo que es seguro es que la ficción nos ayudará a alejarnos de nosotros mismos, de este mundo tangible y de las cuatro paredes donde vemos pasar las horas. Así que el reto es: cada día, un libro.
18/03/2020
'Lanny', de Max Porter - Trad. de (Literatura Random House, 2020)
Lanny es un niño especial. Vive con sus padres en un pueblo cerca de Londres: él no está nunca; ella escribe novela negra y está siempre. Son los Lloyd. Tienen un vecino artista, Pete, que comparte muchos ratocs con Lanny, le enseña a dibujar, se lo lleva a la capital. Lanny, además, tiene una especie de amigo imaginario, Papamort Orobancaci. O quizás es una pesadilla. Estos son los ingredientes de la historia de Max Porter, que no sirve de manera tradicional, sino a trozos, que el lector deberá juntar a su cabeza. ¿Lo consigue?
El escenario es una especie de Dogville, localidad podrida. Y los personajes, como lo diría, son tan arquetípicos que nos suena haberlos visto antes en cualquier ficción de sobremesa de niños que se pierden y todo el mundo es sospechoso. Que Max Porter nos ofrezca el punto de vista de todos y introduzca Papamort jugando con la tipografía y haciendo eses con el texto, estilo caligrama, no aporta gran cosa. Molesta más que ayuda. Irrita más que sorprende. Además, el autor inglés no consigue que nos metamos del todo en su historia. Levanta un artificio dentro del cual es muy difícil entrar.
17/03/2020
'Un mundo al alcance de la mano', de Maylis de Kerangal - Trad. Javier Albiñana (Anagrama, 2020)
De una escuela de pintura de Bruselas a los estudios de Cinecittà (Roma) y Lascaux (suroeste de Francia). Paula, joven parisina que quiere ser artista, de ojos heterocromos y estrábicos, a la que le falta mundo, se va a Bélgica a aprender el oficio de copiar. Conocerá a Kate y a Jonas, y comenzará una vida errante que la llevará de un lugar a otro siempre con el objetivo de reproducir el mundo, bien sea un friso, bien el balcón de la Basílica del Vaticano.
Maylis de Kerangal ha escrito una historia de iniciación, de crecimiento. Hasta aquí nada nuevo. Pero lo que hace que esta novela sea especial es que el universo de Paula se mueve hacia nosotros, los lectores. Como la autora nos traslada sus emociones, su aprendizaje. Como hace que miremos a través de sus ojos. De Kerangal adjetiva mucho, pero lo hace de una manera tan cuidadosa que convierte todas las frases de este libro en una especie de sortilegio que nos muerde. La escena final en Lascaux, donde recrea el descubrimiento de la cueva con las pinturas primitivas, es un prodigio narrativo... ¡Después de 'Reparar a los vivos' y 'Un mundo al alcance de la mano' me declaro fan absoluto de esta mujer!
16/03/2020
'La expedición del baobab', de Wilma Stockenström - Trad. de Lorenzo Luengo (Siruela, 2019)
¡Qué novela! Leer 'La expedición del baobab' ha sido como una sesión de hipnosis. No puedes dejarla. No puedes abandonarla. La prosa de la sudafricana Wilma Stockenström es rica, lozana, hasta el punto de que casi te permite tocar todo lo que te describe. Y no hablamos de un mundo de princesas, precisamente, sino de la vida de una mujer esclava, una mujer guapa, que llega a ser la preferida de algún esclavista, que va pasando de dueño en dueño hasta que termina viviendo sola en un baobab, como si se tratara de alguna de las almas en pena de la rodorediana 'La muerte y la primavera'.
Stockenström publicó la novela en afrikaans en 1981 y poco después el Nobel J. M. Coetzee la tradujo al inglés. Puro y duro 'apartheid' en Sudáfrica. De ahí, tal vez, el carácter metafórico del libro, las alusiones, lo que deja intuir (nunca dice que la protagonista sea negra, por ejemplo). La autora nos cuenta la historia de esta chica sin nombre, "una mujer de agua", alguien que sólo es ella misma, un ser humano obligado a servir que comienza el relato en primera persona diciendo que se ha prohibido el amargura y que relatará su vida con desdén. "Me gusta descubrir. No veo con mucho entusiasmo el ser humano, pero no dejo de experimentar ni dejo de buscar", dice. Una investigación que mezcla tiempo, paisajes, que va del presente al pasado, de las escenas interiores a las exteriores. Con desdén, sin amargura.
15/03/2020
'Es que abans no érem així', de Empar Moliner (Columna, 2020)
Empar Moliner está en forma. Mucho. Estos once cuentos así lo demuestran. Prueban que no ha perdido mala leche, que sabe ponerse en ridículo, que tiene la nariz afinada para oler hacia donde van los tiempos. A veces, se pasa de frenada, como en 'Una obra mestra', donde hace degenerar tanto la acción (una escritora pesada le pide a una colega que se lea su libro) que termina en exageración pura y dura. Pero a menudo nos hace tocar el cielo, como 'El pregó', donde otra escritora acepta hacer el parlamento oficial durante la fiesta mayor de un pueblo donde la invitan a un balneario. Es el típico cuento 'molinero', en el que tensa tanto el hilo, la situación, la carcajada, que tienes miedo de que se rompa, pero aquí el retrato es tan divertido que hace que te lo bebas de un trago.
Los dos mejores relatos son los que cierran el volumen: 'Parella' y 'Manual de bones pràctiques sexuals (recomanades)'. En el primero, nos deja claro de inicio que transcribe un diálogo de una pareja sin determinar el género de ninguno de sus dos integrantes. Es un caleidoscopio tan perfecto que, al terminar, te pone delante del espejo, con todos tus prejuicios que te escupen sin compasión. El otro comienza con dos funcionarios municipales en la cama, y ella que le pide a él que le diga "puta", lo que tira atrás al hombre mientras la mujer no se lo puede creer. Es un ataque frontal a lo políticamente correcto sin atajos, frontal, muy bien ejecutado.
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