Dos cocineros, una olla y muchas canciones. Mezclando ingredientes inusuales, estos músicos de la cocina nos tocarán cancioncitas de todo el mundo que proponen un juego entre el niño y el adulto. La escenografía se articula a partir de un espacio casero y cercano al menor, el de la cocina, con toques visualmente atractivos.
Para niños hasta los 3 años.