Inmersión
Parte de la experiencia Sónar pasa por desaparecer dentro de la música. Si sólo te limitas a escucharla, te pierdes una parte importante de su poder sugestivo: hay que bailarla, sobre todo por la noche, pero también hay que verla, percibirla a través de la piel. Muchos conciertos del Sónar serán audiovisuales –el de Arca, con proyecciones de Jesse Kanda, y el de Nosaj Thing con Daito Manabe–, y si añadimos la instalación de 'Rhizomatics' en el SonarPlanta y las demostraciones de realidad virtual en el Sónar+D, tendremos un buen punto de partida para experimentar una inmersión completa en un reino fantástico de sonido y alucinaciones. Obviamente, en este sentido la expo de Björk en el CCCB es la joya de la corona.