Sónar 2015
© Maria Dias
© Maria Dias

Sónar 2017: coordenadas básicas

Os damos las claves para que no os perdáis en la inmensidad del festival

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El Sónar se ha de afrontar como un viaje que nos acerca tanto a las grandes estrellas de la electrónica como a los rincones más inexplorados del universo de la música avanzada. El Barça es más que un club, aunque hoy no gane, y el Sónar es más que un festival, aunque otros vendan más entradas. Su espíritu, profundamente 'underground' a pesar del éxito de público y comprometido con los nuevos lenguajes tecnológicos, hace que en su edición aún sea un evento joven, curioso y con mucho margen para descubrir sonidos inesperados. No necesita cabezas de cartel: el Sónar deslumbra suficiente con su lluvia de ideas y experiencias.

Inmersión

Parte de la experiencia Sónar pasa por desaparecer dentro de la música. Si sólo te limitas a escucharla, te pierdes una parte importante de su poder sugestivo: hay que bailarla, sobre todo por la noche, pero también hay que verla, percibirla a través de la piel. Muchos conciertos del Sónar serán audiovisualesel de Arca, con proyecciones de Jesse Kanda, y el de Nosaj Thing con Daito Manabe–, y si añadimos la instalación de 'Rhizomatics' en el SonarPlanta y las demostraciones de realidad virtual en el Sónar+D, tendremos un buen punto de partida para experimentar una inmersión completa en un reino fantástico de sonido y alucinaciones. Obviamente, en este sentido la expo de Björk en el CCCB es la joya de la corona.

Mujeres

Ahora que se fiscaliza los festivales en función del número de mujeres que presentan en su cartel, cabe decir que el Sónar esta cuestión hace años que la tiene resuelta. Hay años con más o menos porcentaje, pero queda claro que si hay una cita musical donde las mujeres tienen poder, es esta. Nina Kraviz y The Black Madonna ocuparán dos de los mejores slots de las noches del viernes y jueveso sea, tendrán el privilegio de cerrar escenarios–, actuará la pionera de los sintetizadores modulares Suzanne Ciani y podremos descubrir un montón de talento underground: Lena Willikens, Avalon Emerson, Heidi... Como diría Pujol, ¡esto es un festival!

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Gender-Fluid

No nos extrañaría nada que el autobús de HazteOír decidiera aparcar esta semana alrededor de Montjuïc. La música electrónica ha sidodesde los años 70, como mínimo– uno de los entornos más seguros para lo que hoy se conoce como el 'género fluido'intergénero, transexualidad o la sexualidad fuera de la norma estándar. Lo más interesante es como hoy los artistas, liberados de complejos, hacen unos sonidos con estructuras nuevas, mutantes, cercanas a lo que sería una inteligencia alienígena. Prestad atención a Yves Tumor, Elysia Crampton, Kiddy Smile y, claro, Arca: su música es posthumana.

Alma negra

Muy acertadamente, el crítico Simon Reynolds definió géneros como el R&By sus derivados– como "la otra música electrónica": compartían procedimientos e incluso estructuras con la música de raíz 'rave' o experimental, pero su alcance era diferente y entraba de lleno en los ámbitos del pop o la tradición negra. Las raciones de esta otra música electrónica en el Sónar siempre han sido generosas, y los extremos más afilados del soul, el funk y el hip-hop contemporáneos tendrán una nutrida representación con Dawn, Princess Nokia, Thundercat, el gran Anderson .Paak y Clams Casino.

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Conexión clásica

El concierto de clausura del festival será el domingo, en  L'Auditori, donde el ensemble Stargaze, con Nico Muhly tocando el piano, interpretarán una obra del compositor de Nueva York David Lang: lenguaje clásico, en un contexto académico, pero en el marco de un festival sobre creación tecnológica. No es la primera vez que el Sónar hace de puente entre la tradición clásica y el proceso electrónico, pero esta conexión se ha intensificado en los últimos años, y en esta ediciónValgeir Sigurdsson, Daniel Brandt, Francesco Tristano– conquista un espacio cada vez más amplio.

Fuera de la industria

Si el Sónar hubiera querido ganar mucho dinero, habría optado por un camino fácil: apuntarse a la moda de la EDM a pleno rendimiento, en lugar de tratarla sólo tangencialmente con aquellas actuaciones pasadas de deadmau5 y Skrillex, y a vender tickets a los adolescentes. En cambio, prefiere mantenerse en el 'underground'. El cartel de este año es incomprensible para quien no esté metido al 100% en las escenas emergentes, hay artistas sin contrato discográfico, que sólo existen en internet, o que funcionan con lenguajes muy minoritarios. De este afán de rehuir la industria rinde cuentas el nuevo escenario XS, pero este espíritu subterráneo gotea por todos los lugares del festival.

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Gueto hipermoderno

El gueto ya no significa marginalidadaunque puede haber–, sino una especie de escena alejada de los ámbitos comerciales donde la música encuentra formas radicales, mutantes y peligrosas. Las ciudades de la periferia del primer mundo y las transformaciones digitales del hip hop han dado pie a géneros como el trap, el footwork, el dancehall y el grime que son la expresión hipermoderna de la música de la calle. Este Sónar se adentra aún más en las profundidades del gueto digital y nos trae a creadores con potencial para volarnos la cabeza como GAIKA, Earl Sweatshirt, RP Boo y DJ Florentino, estrella del reggaeton.

Exposiciones

Todo el espacio del Sónar?+ D, el congreso de tecnología que complementa la oferta musical, ya es en sí mismo una exposición: habrá secciones de realidad virtual, demostraciones de nuevos gadgets, pero si quieres más acción visual en los márgenes del festival, este año el Sónar promueve un trío imparable de exposiciones: la de Björk (Digital) en el CCCB, la de David Bowie (is) en el Museo del Diseño y la de las obras gráficas generativas de Brian Eno (Lightforms/ Soundforms) en el Arts Santa Mónica. De este modo, el Sónar se extiende por toda la ciudad, dando a Barcelona la condición de gran evento de vanguardia. Donde la cultura popular quiere anticipar el futuro.

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