Rosalía lleva anillos como los del Cigala, de hombre, con sello. Pero a ella le dan un aire 'bling-bling', como la cadena de oro que se cuelga del cuello Kanye West. Rosalía es esto: una cantaora que rapea con C. Tangana, el MC de moda, y que tanto escucha Enrique Morente y Chato de la Isla como Kendrick Lamar y James Blake. Y eso es lo que hizo que se entendieran bien con Raül Fernández, Refree, con quien ha grabado su álbum de debut, 'Los Ángeles' (2017).
Publicidad
"En mi casa nunca se había escuchado un disco de flamenco"
"En mi casa nunca se había escuchado un disco de flamenco, pero a los 13 años unos amigos me pusieron Camarón, y me gustó tanto que decidí ser cantaora", explica esta paya barcelonesa sin músicos en la familia que ya de pequeña cantaba y bailaba todo el día: "Mis padres y mi hermana siempre me lo recuerdan –explica–. Era como si me naciera".
Después sería su maestro, José Miguel Cerro, Chiqui de la Línea, gaditano histórico del flamenco en Barcelona, quien le descubriría la Niña de los Peines y la animaría a inscribirse en los estudios de grado superior de flamenco en la ESMUC, la escuela Superior de Música de Cataluña, que con 23 años está a punto de terminar. Dice que lo más valioso que le han enseñado allí es "querer aprender". "Y más con el flamenco, que es vasto. No te lo acabas, es eterno. No habrá un día en que me levante y piense que ya lo sé todo".
De Camarón lo que la enamoró fue su faceta más clásica, "como más jondo, más me gustaba", dice. Pero 'Los Ángeles' quiere ser un choque entre tradición y experimentación. "Recuperamos cantes flamencos muy antiguos" explica, y el hilo conductor que han estirado para hacer investigación ha sido el gran tema: la muerte, tratada desde puntos de vista distintos y con palos diferentes, graves como la seguiriya, la saeta y los tientos, pero también más alegres, de ida y vuelta, como la guajira y la milonga. "El cliché es tratar la muerte desde el duelo, pero también se puede hacer desde un punto de vista más luminoso", afirma.
Después sería su maestro, José Miguel Cerro, Chiqui de la Línea, gaditano histórico del flamenco en Barcelona, quien le descubriría la Niña de los Peines y la animaría a inscribirse en los estudios de grado superior de flamenco en la ESMUC, la escuela Superior de Música de Cataluña, que con 23 años está a punto de terminar. Dice que lo más valioso que le han enseñado allí es "querer aprender". "Y más con el flamenco, que es vasto. No te lo acabas, es eterno. No habrá un día en que me levante y piense que ya lo sé todo".
De Camarón lo que la enamoró fue su faceta más clásica, "como más jondo, más me gustaba", dice. Pero 'Los Ángeles' quiere ser un choque entre tradición y experimentación. "Recuperamos cantes flamencos muy antiguos" explica, y el hilo conductor que han estirado para hacer investigación ha sido el gran tema: la muerte, tratada desde puntos de vista distintos y con palos diferentes, graves como la seguiriya, la saeta y los tientos, pero también más alegres, de ida y vuelta, como la guajira y la milonga. "El cliché es tratar la muerte desde el duelo, pero también se puede hacer desde un punto de vista más luminoso", afirma.
Publicidad
"La experimentación ha de coexistir con la actitud conservadora"
"Yo he intentado respetar las melodías, porque esto ayuda a que continúe sonando a lo que es: flamenco. Pero Raúl tiene una manera de acompañar muy personal. Y eso también me lleva a interpretar de manera diferente. Tratamos los cantes como canciones, como se entiende el pop. Ninguno de los dos tenemos miedo de decir qué es el flamenco para nosotros, buscamos ser naturales. Lo llevamos hacia un lugar que no es tradicional, y la experimentación viene de la actitud".
Otros flamencos sin miedo como sus admirados Rocío Márquez y Niño de Elche –niños prodigio del cante que de adultos han osado empujar la tradición como hicieron Camarón, Morente o, reivindica Rosalía, El Lebrijano, desaparecido este año– han hecho fruncir el ceño a los puristas. Pero a Rosalía no le parece mal el rol de Dr. No de estos guardianes de las esencias. "Yo creo que la experimentación debe coexistir con la actitud conservadora de preservar; es gracias a eso que hoy todavía tenemos la tradición".
Su prioridad ahora es 'Los Ángeles', pero no se cierra las puertas a otros géneros, tras la incursión en la música urbana con C. Tangana: tiene un proyecto electrónico con Refree, de momento sólo para ellos dos. "Mi generación ha escuchado tantas cosas que tiene menos prejuicios, tanto podemos hacer reggaeton, trap, electrónica... Ha habido momentos en que he pensado que tenía que elegir, enseñar sólo una de estas caras: hoy pienso que debo guiarme por la intuición. Mayte Martín hace años me decía que era absurdo centrarse en un solo género solo porque pareciera más coherente, que debía mostrar lo que soy". Rosalía es esto.
Otros flamencos sin miedo como sus admirados Rocío Márquez y Niño de Elche –niños prodigio del cante que de adultos han osado empujar la tradición como hicieron Camarón, Morente o, reivindica Rosalía, El Lebrijano, desaparecido este año– han hecho fruncir el ceño a los puristas. Pero a Rosalía no le parece mal el rol de Dr. No de estos guardianes de las esencias. "Yo creo que la experimentación debe coexistir con la actitud conservadora de preservar; es gracias a eso que hoy todavía tenemos la tradición".
Su prioridad ahora es 'Los Ángeles', pero no se cierra las puertas a otros géneros, tras la incursión en la música urbana con C. Tangana: tiene un proyecto electrónico con Refree, de momento sólo para ellos dos. "Mi generación ha escuchado tantas cosas que tiene menos prejuicios, tanto podemos hacer reggaeton, trap, electrónica... Ha habido momentos en que he pensado que tenía que elegir, enseñar sólo una de estas caras: hoy pienso que debo guiarme por la intuición. Mayte Martín hace años me decía que era absurdo centrarse en un solo género solo porque pareciera más coherente, que debía mostrar lo que soy". Rosalía es esto.
También te gustará
También te gustará
Discover Time Out original video
Publicidad