Muy pronto volveremos a decir todas aquellas frases tan típicas de cuando hacemos el cambio de hora a principios de otoño. ‘¿Pero ahora son las nueve o las diez?’, ‘Ya decía yo que tenía hambre, ¡si en realidad son las tres de la tarde!’, ‘Pues para haber ido a dormir tarde, me siento súper despierto’... cada año la misma historia. Y como ya es tradición, la madrugada del último fin de semana de octubre somos víctimas de un fenómeno prácticamente cuántico: atrasar la hora del reloj para ganar una nueva. Cuando ya son las tres de la mañana, volvemos a las dos ¡como si no hubiera pasado nada! Pero… ¿y si durante estos sesenta minutos antes de que vuelvan a ser las dos se abriera una puerta en el tiempo para disfrutar de una experiencia electrónica sin perder ni un segundo de vuestra vida?
Pues eso es lo que propone el Palau de la Música Catalana con la performance 'Elegia per a un temps renascut'. Por primera vez, la música electrónica llega al tempo modernista, concretamente al Petit Palau, de la mano de una de las figuras de la música electrónica más relevante de las últimas décadas, William Basinski. Las corrientes de melodías fantasmagóricas, cascadas de ruido y sonidos hipnóticos en bucle del maestro de culto de la música ambiente se unirán a una exhibición inmersa de los artistas Evelina Domnitch y Dmitry Gelfand y su proyecto '10.000 Peacock Feathers in Foaming Acid', donde láseres de colores intervienen sobre la membrana de burbujas químicas recreando alucinaciones ópticas. Sí, sí, lo habéis entendido bien: a las dos de la mañana de la noche del 26 al 27 de octubre entraréis en un agujero negro de música electrónica y artes visuales y, cuando salgáis, continuarán siendo las dos de la mañana.
¿Os perderéis la oportunidad de presenciar cómo el arte desafía a la lógica imperturbable del tiempo?