A pesar que decirlo puede parecer un tópico, hay grupos que son más importantes por su influencia en la música popular que por el público que arrastran. Tinariwen han demostrado ser capaces de mover audiencias notables, pero lo que los hace especialmente ressenyables es la impronta que dejan allá donde tocan. De origen tuareg y raíz nómada, la banda de blues del desierto vuelve a Catalunya para presentar Elwan (2017), su séptimo disco de estudio.
Como los mamíferos que titulan su trabajo reciente (‘elefante’ en lengua amaziga), la carrera de Tinariwen ha sido lenta pero progresiva: “Tenemos un ritmo natural en que los cambios son sostenidos. Nunca jugaremos a la liga donde lo hacen las estrellas, pero viajamos por todo el mundo y podemos vivir de la música”, explica Eyadou Ag Leche, bajista. Lo que nadie podrá negarles es que se han convertido en referentes en Occidente, donde un buen puñado de artistas del star system hacen cola para colaborar con ellos; los Red Hot Chili Peppers son sus fans más universales, y en Elwan encontramos firmas tan prestigiosas como las de Kurt Vile o Mark Lanegan, que participan en dos canciones del disco. “Es una experiencia muy rica, trabajar con ellos, ver como hacen magia”, dice el músico de Tinariwen, que reconoce que intentan no alejarse nunca de la norma que marca el canon: “Somos una evolución de la tradición; continuistas en espíritu, pero cada vez más perfeccionados”.
Olvidados los problemas del pasado con presuntas vinculaciones al islamismo radical y exiliados de manera permanente de su Malí natal, los miembros de la banda siguen siendo imágenes recurrentes de la resistencia tuareg: “No queremos ser bandera de nada, pero esperamos que nuestra poesía musical sirva para despertar conciencias”, asegura Ag Leche, que no elude la “responsabilidad” que tienen como embajadores de facto de su pueblo y cultura en todo el planeta.