I Puritani

Las voces, y sólo las voces, salvan el montaje de 'I puritani', la última ópera de Vincenzo Bellini que abre la nueva temporada del Liceu. No es poco. En el repertorio belcantista, los divos encuentran su vehículo natural de exhibición, y en este terreno de lucimiento el coliseo de la Rambla se apunta un éxito. La soprano sudafricana Pretty Yende triunfa con una Elvira de agudos brillantes y coloratura encantadora -en la escena de la locura está impresionante-, y en el papel de Arturo, el famoso tenor mexicano Javier Camarena que, sin estar en plena forma, entusiasma con un canto de apasionados acentos y un fraseo de gran nobleza. En el segundo reparto, la soprano andaluza María José Moreno firma una Elvira de gran aplomo técnico y expresividad cautivadora, mientras que el tenor canario Celso Albelo triunfa con agudos potentes, pasión e intensos matices. En el resto del reparto se echa en falta mayor dominio del estilo y más elegancia en el fraseo.

En el foso, el estadounidense Christopher Franklin saca a flote la concertación con no pocas dificultades, pero no acaba de limar asperezas del sonido orquestal y el trazo grueso. Decepcionó el montaje de la directora de escena irlandesa Annilese Miskimmon, que viaja entre el tiempo de la guerra inglesa del siglo XVII al Belfast de 1973, ambientando la historia de amor de Elvira y Arturo y los enfrentamientos entre protestantes y católicos en pleno conflicto de Irlanda del Norte. Miskimmon cuenta la historia a través de la locura de Elvira, pero los cambios de época y vestuario crean confusión en un escenario oscuro y desangelado.