Niño de Elche i Toundra
© Irene FernándezExquirla
© Irene Fernández

Exquirla: el nuevo proyecto de Niño de Elche y Toundra

Visitamos al cantaor y al grupo de rock instrumental en Sant Feliu de Guíxols mientras graban 'Para quienes aún viven', su disco juntos

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Por Sant Feliu los paran por la calle y los camareros salen a las terrazas de los restaurantes para saludarlos. Paco Contreras, Niño de Elche, y Esteban J. Girón, guitarrista de Toundra, hace 26 días que están allí, grabando en los estudios Ultramarinos Costa Brava el debut de Exquirla, el proyecto conjunto del heterodoxo cantaor y el grupo de rock instrumental. Reciben un trato a medio camino entre el del extranjero que visita un destino de playa fuera de temporada y la celebridad: en la terraza de El Corsari, icónica esquina de tapa clásica y última copa que nunca lo es, el camarero les trata con la familiaridad de los que han acabado allí muchas noches.

Esta será la última en que dormirán en el sofá de Santi García, dueño del estudio y bondadoso productor estrella, responsable de grabar buena parte del catálogo de BCore, tras una especie de campamentos de rock que el resto de miembros de Toundra abandonaron hace unos días, dejándoles a los tres la mezcla de 'Para quienes aún viven', el álbum en cuestión, que publicará Superball Music el 17 de febrero.

"Toundra hace tiempo que trabajamos con Santi García", explica Esteban qué lleva a un grupo con sede en Madrid y a un cantante establecido en Sevilla hasta Sant Feliu de Guíxols, en la Costa Brava catalana. "Es nuestro quinto disco con él, es nuestra persona de confianza. Por nuestras características, mucho volumen, un batería con mucha presencia, es la persona idónea. Porque es capaz de plasmar la potencia sin dejar de sonar orgánico ni que parezcamos un grupo de metal".

"Colaborar con una banda como Toundra era un anhelo"

Paco y Esteban se conocieron formando parte de una mesa redonda en un festival. Coincidieron en ella con Mikel Erentxun, pero así como el ex-Duncan Dhu al terminar se marchó a casa, ellos dos se fueron de fiesta. Girón había oído hablar del fenómeno Niño de Elche y Paco sabía de la existencia de Toundra. "Algunos amigos me habían hablado de ellos y me generaba curiosidad que en España una banda de rock instrumental tuviera relevancia –afirma–. Me llamaba la atención que todavía hubiera públicos en España con una sensibilidad diferente para apoyar propuestas como la suya. Colaborar con una banda de sus características era un anhelo".

Para Esteban fue "como los buenos enamoramientos, que surgen sin planificarlos y sin forzarlos": "Le dije que quería hacer algo con él y que mis compañeros también lo querrían". Y la clavó: "Necesitábamos refrescarnos los cuatro juntos, no en otros proyectos –lo que habitualmente hacen: tocar en otros grupos para volver frescos a Toundra–, para afrontar un próximo disco. Coincidieron el momento con la persona. Recuerdo volver de un concierto en furgoneta, plantear la idea y que todos dijéramos que sí a la primera. No había pasado con ninguna otra decisión del grupo".

Tras una primera semana de toma de contacto, lo tuvimos clarísimo: "Esto era un grupo y era un disco". No era una colaboración entre Niño de Elche y Toundra: era Exquirla. Paco no sólo "se metió en una relación entre cuatro personas que han hecho 150 conciertos en poco más de un año y que luego se van juntos de vacaciones": también se apuntó a las vacaciones. En Canarias. "Y me lo pasé bien y todo", remata el Niño. "Son muy flexibles –afirma–. Menos para bajar el volumen de los amplis, que es una batalla perdida".

"Dirán que Niño de Elche ha metido a Toundra en política, pero fueron ellos los que querían letras con contenido radical"

"Lo que me gusta es que han salido cosas que a priori no nos imaginábamos que saldrían –dice el de Elche–. Para mí, cuando ocurre esto es cuando la cosa cuaja". Lo que Esteban se imaginaba era que el cantaor acercaría Toundra al flamenco, un género que había escuchado en casa de pequeño y que había redescubierto a los 20 años "como una reivindicación de lo local ante lo global": "Hay una música con las raíces aquí, y en cambio todos tus referentes culturales los tienes al otro lado del Atlántico. Rebelarme contra eso es lo que me hizo aficionarme".

Pero si Toundra pensaban que Niño de Elche sería su pasaporte a los mundos que Lagartija Nick, Sonic Youth o Los Planetas habían transitado con Enrique Morente, Paco enseguida se lo quitó de la cabeza. 'Para quien aún viven' no es una atracción entre contrarios, sino una exploración de territorios comunes de épica e intensidad. Y dotar de voz un grupo de músicos que no la tenían y que ahora la necesitaban.

"Me hace mucha gracia que los periodistas dirán que Niño de Elche ha metido a Toundra en política –dice Paco–, pero fueron Toundra los que dijeron que querían que las letras tuvieran un contenido radical". A pesar de ser un grupo de rock instrumental, Toundra habían intentado dotar de mensaje su música, en el caso de su cuarto álbum, publicado en 2015, un mensaje ecologista implícito, no verbal. Pero Esteban constata que no se les había acabado de entender: "Quizás no hemos conseguido transmitir todo lo que queríamos. Quizás nos hemos sentido impotentes por no poder cantar ". Y ha llegado un punto en que ya no podían callar esta impotencia.

El encargado de verbalizarla ha sido Niño de Elche a partir de 'La marcha de 150.000.000' (2009), de Enrique Falcón, un poema cosmogónico de 5.000 versos dividido en 55 cantos en el que cabe desde la teología de la liberación hasta la crítica a los CIEs. Paco advierte a los Toundra: "Yo estoy acostumbrado a que me llamen panfletario y a recibir amenazas. Pero ellos no están acostumbrados. Que hayan querido dar este paso, dice mucho de ellos: para denunciar torturas en España tienes que estar muy convencido de lo que haces".
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