Es un collage con una foto antigua y una mía arrancada, un juego entre planos, presente, futuro, contexto social... Mi foto está hecha aquí al lado, en una tienda de comestibles que se ha detenido en el tiempo, al lado de mi estudio. Me interesaba la atmósfera, tenía mucho encanto.
¿Y la foto antigua?
Hice un trabajo de investigación y pedí permiso para usarla. No sabía muy bien qué buscaba. Lo detectas cuando lo encuentras. Buscaba fotos contextualizadas en la Meridiana, de los últimos 50 años. Encontré muchas que reflejaban cosas muy parecidas y las he usado, con algunas fotos mías personales mezcladas. No era necesario que el de la portada fuera mi abuelo.
¿Quién es, entonces?
Representa toda una cultura, una manera de ver el mundo, una educación, unos valores con los que yo me he encontrado, para bien y para mal, y que intento enfocar no desde el juicio a las personas pero sí a lo que representan, de dónde vienen y por qué. Intento comprender a estas personas, víctimas a la vez que perpetuadoras de unos valores en los que no creo, y este conflicto me parece interesante.
¿Qué valores?
La abnegación, la alienación, el materialismo, no escuchar, poner por delante de todo el miedo y la seguridad a costa de lo más íntimo que hay en nosotros, de lo que cada uno quiere hacer con su vida.
En 'Flauta man' das gracias por las clases de flauta: las que yo hice en EGB creo que contribuyeron a que ahora no toque ningún instrumento.
Yo soy músico a pesar de las clases de flauta. Nos han introducido en las cosas más importantes de la vida de la peor manera. Nos han echado de ellas, casi. Y la mayoría pagamos un precio altísimo por ello, mucho más de lo que somos conscientes. Yo he ido tomando conciencia de ello con el paso del tiempo.
¿A quién le das estas gracias envenenadas?
Es complicado, porque no hay unos culpables claros, o quizás sí y no lo sabemos. Tampoco me interesa. Todos somos culpables, con cómo nos comportamos con la pareja, los hijos, los amigos, los compañeros... Creo que nuestra misión es, antes de perpetuar estos valores, intentar decidir por qué hacemos las cosas que hacemos.
En '¿Por qué me llamas a estas horas?', de Standstill, también dabas las gracias con ironía.
Estos 'gracias' ponen de manifiesto la baja calidad de nuestras relaciones, es fácil ser irónico cuando la mayoría de nuestras relaciones están basadas en cosas con las que se puede ironizar y trivializar el intercambio que hacemos entre nosotros. Por eso sin quererlo me han salido estos 'gracias' un poco raros.
En 'Todo para todos' no parece que todos nos lo merezcamos todo.
El sentido inicial de esta canción era encontrar lo que no tenemos y que compartimos todos en tanto que no lo tenemos ni lo tendremos nunca, esta cosa por la que luchamos y que no acabamos de conseguir nunca, esto nos une. Caben desde las cosas más íntimas a cosas inculcadas culturalmente, que deseamos y que en realidad no deberíamos desear. Al final encontramos cómplices en base a estas carencias. Me pareció una manera irónica pero también humana de definir qué nos une, aunque sea en negativo.