Inmensa lección de teatro musical en el Liceu con una 'Elektra' para la historia. El último montaje del director de escena, cineasta y actor francés Patrice Chéreau -que murió tres meses después de su triunfal estreno, en julio de 2013, en el Festival de Aix-en-Provence- deja al espectador clavado en la butaca por su demoledora fuerza dramática.
Lejos de cualquier rutina, explora la psicología de los personajes de la genial ópera de Richard Strauss con libreto de Hugo von Hofmannsthal y nos descubre inquietantes matices que los hace más humanos. Propuesta austera -escenario mínimo, iluminación tenue, vestuario moderno- y sabia, que mantiene la tensión del drama de forma implacable: una 'Elektra' habitada por personas de carne y hueso, más cercana que nunca a la sensibilidad del espectador de hoy.
La interpretación se memorable, con un seguro e inspirado Josep Pons que cuida el equilibrio con las voces y recrea los colores de la refinada partitura straussiana al frente de una orquesta en buena forma que recoge atronadores aplausos.
Las voces son de primera: en el papel titular, Evelyn Herlitzius hipnotiza al espectador con una intensidad vocal y una presencia teatral fuera de serie. Sin excesos histriónicos, Waltraud Meier recrea una angustiada Klytänmestra, tan apasionante como la emotiva Chrysothemis de Adrianne Pieczonka.
Completan el cohesionado reparto Alan Held (notable Orest) y Thomas Randle (correcto Aegisht) y, entre los comprimarios de lujo, destaca, con 92 años, Franz Mazur como preceptor de Orest. Sin duda, el mejor montaje del año.
Time Out dice
Detalles
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- Horas de apertura
- 20 h; D., 17 h
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