A veces sólo es necesario un pequeño movimiento para hacer algo nuevo y bonito. Siempre que el movimiento sea preciso, grácil y bien pensado (calistenia, creo que se llama). Y el de la Sala Apolo es así: por mover de posición el concierto dominical de la Barcelona Jazz Orquestra al sábado, y el tema de la velada, ha nacido una fiesta mensual que promete alegrías. El eje central será el swing, interpretado a pleno rendimiento por esta banda reconocida internacionalmente. Naiara Lasa, responsable de la fiesta, explica que "después de quince años teniendo a la Jazz Orquestra en el Apolo, queríamos darle una vuelta y que fuera una fiesta, no sólo una sesión de música en vivo".
La conversión de concierto en fiesta pasa por pedirle a la gente que venga con código de vestir -ellos, con pajarita, camisa blanca, sombrero borsalino y gomina; ellas, con espalda descubierta, vestidos estampados, pañuelos largos y maquillaje- y adecuar el repertorio y el entorno de la sala a la temática.
El sarao empezará el 19 de octubre con una fiesta dedicada a la Ley Seca, en la que Lasa promete que "la gent encontrará todos los clichés cinematográficos que se les pase por la cabeza". La fiesta, mensual, no quiere ser tanto "un viaje por la historia del swing", sino la constatación de que este movimiento tuvo vertientes muy diferentes: la clandestina, la navideña -el 28 de diciembre se celebrará una Navidad swing en la que se pide etiqueta- o incluso política, como el movimiento del swing en oposición al nazismo (ya que estamos, se podría hacer una fiesta regular de swing contra el aumento de fascismo en Europa). Para hacerlo más atractivo, quien venga con el atuendo como se pide entrará por nueve euros y copa gratis.
Lasa descarta cualquier acusación de oportunismo con el hecho de montar una fiesta swing: "Cuando empezamos a hacer conciertos de swing, hace quince años, apenas había escuelas o aficionados. Creo que, de alguna forma, empujamos la afición por el tema", considera. Y, sobre todo, destaca que ofrecerán "la única fiesta de swing con big band". Ahora que "ya se ha puesto de moda el swing, la gente tiene que vivirlo más a fondo, que se preparen en casa, que aprendan a bailar".
El marco no puede ser más sugerente: una fiesta a primera hora, donde se puede bailar al ritmo de 18 músicos, con coreografías de escuelas incluidas.
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