Las pasiones violentas agitan el Liceu con el regreso del doblete verista por excelencia –'Cavallería rusticana', de Pietro Mascagni y 'Pagliacci', de Ruggero Leoncavallo– en una espectacular producción que ganó el Premio Laurence Olivier al mejor espectáculo operístico de 2016 después de su estreno londinense en la Royal Opera House. Con ambientación realista en un pueblo del sur de Italia y ritmo cinematográfico, el director de escena Damiano Michieletto entrelaza hábilmente las tramas de las dos breves óperas que representan las esencias del verismo como dos capítulos de una misma historia de celos, amores obsesivos, honores manchados y muertes a cuchilladas.
El juego teatral comienza cuando los cómics de 'Pagliacci' llegan al pueblo donde transcurre la acción de 'Cavalleria rusticana' para representar su espectáculo. Más allá de la pintura costumbrista en Mascagni, es en la lectura de la obra de Leoncavallo donde cobran vida ideas teatrales ingeniosas que exploran las obsesiones y frustraciones de Canio. Musicalmente, el director Henrik Nánási controla la tensión dramática y obtiene una notable respuesta de la orquesta y el coro del Liceu.
El verismo italiano es el arrebato de la voz y en esta producción el tenor Roberto Alagna supera con nota un agotador doblete en el que interpreta los personajes de Turiddu y Canio con gran fuerza dramática. A su lado destaca la soprano Aleksandra Kurzak como magnífica Nedda, mientras que la también soprano Elena Pankratov firma una potente, pero fría, Santuzza.