El indie del siglo XXI le debe mucho
El concepto de indie-rock ya no resulta tan fresco, estimulante y renovador como lo era en los años 90. Entonces, la idea era sublevarse contra el hard rock y el pop artificioso con un toque humanizado –tocando con imperfección, cantando haciendo gallos, buscando el ruido antes de que la pulcritud–, y así se encontró una fórmula, popularizada por gente como Beck, Pavement o Sebadoh, que Alec Ounsworth respeta al pie de la letra. Cuando publicó su primer disco defendiendo el proyecto Clap Your Hands Say Yeah, en 2005, lo hizo en un momento de gran expansión popular del hip hop. Defendía un estilo que no quería pasar de moda, y seguir siendo relevante. Quería mantener vivo el rock como forma de vida austera, y junto con bandas como Arcade Fire, Arctic Monkeys o Deerhunter lo consiguió. El indie actual está en deuda con él.