Antònia Font en un bar a Palma

10 años de música en Barcelona

Hacemos un repaso de los momentos musicales más intensos de estos últimos años #10añosTimeOutBCN

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En Barcelona la música sale de sótanos y azoteas, y así ha sido durando nuestros 10 años de historia, en los que hemos disfrutado de grandes grupos en salas y festivales... y nos hemos llevado algunos sustos.

La cultura no es un lujo

Pero lo ha sido durante la mitad de la historia de Time Out. El aumento en 2012 del tipo de IVA del 8 al 21 en los espectáculos por el gobierno del PP ha puesto en riesgo varios de nuestros negociados, entre ellos la música en vivo. Denunciamos que disminuiría el consumo de cultura y que como medida recaudatoria sería un fracaso y nos manifestamos junto a artistas, promotores de conciertos y melómanos. En 2017 por fin nos han dado la razón y el propio PP ha claudicado.

¡Big bang!

Han estallado Sílvia Pérez Cruz, Manel, Joe Crepúsculo, La Pegatina, Andrea Motis, El Petit de cal Eril, Maria Rodés, The New Raemon, Anímic, ZA!, Les Sueques, Maria Arnal y Marcel Bagés, Extraperlo, Doble Pletina, Núria Graham y Rosalía; han brillado La Casa Azul, Mishima, Hidrogenesse, Joan Colomo, Roger Mas, Love of Lesbian y Refree, y han ido al ocaso después de emitir luces rutilantes Antònia Font, Standstill, Los Surfing Sirles y Uri Caballero, y el rey Peret.

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Topografía festivalera

El mapa de Barcelona a partir de la ubicación de sus festivales no es ahora el mismo que era hace una década. En 2008 el Primavera Sound ya estaba más que consolidado en el Forum, que se le empezaba a quedar pequeño y lo hacía expandir por la ciudad con programación paralela y gratuita. Pero el recinto allá donde la Diagonal toca el mar también acogió los tres Summercase, el último precisamente en 2008, y aquel mismo año la única edición del Daydream –un concierto de Radiohead con muchos teloneros disfrazado de festival– y por primera vez el Cruïlla, que se instalaba en Barcelona después de nacer en Mataró para crecer y convertirse en la gran cita musical del verano en Barcelona. La crisis económica contribuiría a hacer estallar la burbuja de festivales –que vuelve a estar más hinchada que un pavo–, mientras Sónar, Cruïlla y Primavera iban ganando público, de aquí pero sobre todo de allá, batiendo récords de público y coleccionando hitos artísticos. El antiguo festival de Música Avanzada –ahora de Música, Creatividad y Tecnología–, que en 2018 celebra el 25 aniversario, dejaba el Raval por Montjuïc en 2013 cuando hacía los 20. Y los que decían que el césped sería menos verde en la feria, se equivocaban.

El ayuntamient vs. el Apolo...

"Si cierra el Apolo, que cierre Barcelona", decía Andreu Gomila, entonces el director de Time Out, cuando en otoño del 2012 el Ayuntamiento ordenó el cierre de la sala de conciertos por deficiencias provocadas por la humedad en los pilares de su sótano. El cierre del Apolo –pocos meses después del aumento del IVA sobre los conciertos: parecía el advenimiento del apocalipsis– sacudió la ciudad lo suficiente como para que alguien dejara una corona de flores delante de la puerta. Pero se resolvió con rapidez, y en 2018 la sala celebra 75 años.

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... y vs. el Heliogàbal

En cambio, continúa enquistado el caso del Heliogàbal. Premio Ciutat de Barcelona 2012 por su rol en el periodo que nos ocupa como factótum para la emergencia al 'mainstream' del pop 'underground' local, en 2016 denunció el asedio de la Guardia Urbana. Las multas por exceso de aforo como resultado de una licencia de bar que no se ajusta a su actividad real de sala de conciertos, pusieron en riesgo su existencia. Pero el Helio sobrevive, esperando, como Vladimir y Estragon a Godot, la licencia que le permitirá acabar las obras y ser oficialmente lo que es de facto.

Música urbana

Está pasando en todas partes: el R&B y las diferentes formas de hip hop están desbancando el rock como el nuevo pop. Y aquí vamos por el mismo camino: calculad la media de edad de los asistentes a los conciertos de 'guitar heroes' y a los de MCs para constatar hacia donde va el futuro. En la Península, una nueva generación de raperos ha cogido el relevo a la vieja guardia de los pioneros de los 90, haciéndose suyo el trap yanqui. Barcelona ha sido una 'fuckin' trap haus'.

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Clásica

Como en todos los géneros musicales, la presencia de astros internacionales en Barcelona durante los últimos 10 años también ha crecido. Nos hemos acostumbrado a poder escuchar en directo cada dos por tres a Gustavo Dudamel, Philippe Jaroussky, Cecilia Bartoli, Jonas Kaufmann, Edita Gruberova, Lang Lang, Grigory Sokolov, Martha Argerich, John Elliot Gardiner, Daniel Barenboim y Anne-Sophie Mutter. Celebrémoslo.

Hace 10 años

Antònia Font

El quinteto mallorquín traía 'Coser i cantar', la revisión con orquesta de sus 'hits', en el Liceo. Hicieron tambalear el coliseo de la Rambla como no lo han hecho ni las valquírias en un concierto icónico.

La Casa Azul

Guille Milkyway defendía 'La revolución sexual' y se confesaba aliviado por haber sido eliminado por Rodolfo Chikilicuatre en la carrera a Eurovisión. "Lo pasé fatal –decía de la eliminatoria–, no quiero ni pensar qué habría hecho en la final".

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Joe Crepúsculo

El entonces miembro de Tarántula debutaba en solitario en febrero con 'Escuela de zebras', y aquí ya nos regodeabamos con 'Suena brillante'. En noviembre volvería con 'Supercrepus'.

Sílvia Pérez Cruz

Tenía 25 años y su nombre y dos apellidos empezaban a aparecer en las páginas de Time Out semana sí, semana también, ya fuera como miembro de Las Migas o cantando Bill Evans.

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