El culto a 'Lost' ya hace muchos años que se apagó, ante el empuje de aquellas series que todos tenemos en la cabeza (y desengañémonos, la serie que catapultó JJ Abrams a la fama ha aguantado mal el paso del tiempo).
Eso sí, pasear por Pere IV y de golpe encontrarse un bar enorme que reproduce los elementos más icónicos de la serie en la sala -¡un pedazo del avión incrustado en la jungla! La escotilla, las cartas de Sawyer, figuritas de la virgen- produce una sensación de extrañamiento que sobrepasa el frikismo. Más aún si te comes un menú bastante decente.