1. El fotoperiodismo femenino
El comienzo del siglo XX fue un momento dorado para el periodismo en Estados Unidos, y a la vez que se consolidaban los grandes periódicos en las principales ciudades del país, también floreció una nueva generación de periodistas entusiastas que dirigían su mirada a asuntos pocos conocidos por el público generalista, y que aportaron una mirada amplia, libre y concienciada sobre cuestiones que merecían explicarse. Kanaga era hija de un matrimonio intelectual del noroeste de Estados Unidos, y descubrió su afición por la escritura en su infancia. Siendo adolescente se inició en el periodismo, y desde 1915 también exploró la fotografía para ilustrar sus reportajes, que inicialmente aparecieron en los periódicos de la costa oeste, principalmente el San Francisco Chronicle, donde fue fotógrafa de plantilla desde 1918. Kanaga fue una de las primeras mujeres periodistas con un puesto importante en una época en la que el número de redactoras era escaso, y el de fotoperiodistas aún más reducido, y con su trabajo abrió una puerta para que inmediatamente apareciera una gran generación de fotoperiodistas, como Alma Lavenson, Tina Modotti o Dorothea Lange, a las que muchas veces Kanaga ayudó y dio consejo para abrirse camino en la profesión.