Los 5 mayores atractivos de la Barcelona emprendedora

Barcelona sigue siendo una de las ciudades más atractivas del mundo para imaginar nuevos escenarios de desarrollo de la creatividad y la osadía humana, un lugar identificado desde hace décadas con la innovación
Torre Glòries
Foto: Shutterstock
Time Out en colaboración con ESIC
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El atractivo de Barcelona como una ciudad innovadora, donde las ideas más audaces pueden encontrar su lugar y proyectarse hacia el resto del mundo, es un asunto del que se viene hablando desde hace décadas. Quizá no sea fácil encontrar el origen de todo –quizá en los años del Modernismo, a finales del siglo XIX, que culminaron lentamente en la edificación de la Sagrada Familia, el ejemplo de arquitectura más insólito del planeta–, pero sí que sabemos que en los últimos tiempos esta tendencia se ha solidificado de una manera clara. Desde los años 70 del siglo pasado y en adelante, cuando Barcelona empezó a ser la cuna de nuevas maneras de imaginar –desde el diseño gráfico a la cocina de vanguardia, pasando por la gestión de la industria emergente del turismo–, la ciudad es sinónimo de aventura.

A día de hoy, también lo es. Barcelona sigue estando en la vanguardia en capacidad de emprendimiento, es uno de los lugares del mundo más atractivos para invertir, organizar eventos, ferias, localizar empresas y fomentar núcleos de trabajo orientados a la creación de nuevas soluciones para la vida tecnológica a partir de las ideas más rupturistas. Es una de las ciudades que merecen la calificación de SmartCity, por ejemplo, y a la vez se está erigiendo como un lugar central de espacios de formación para jóvenes emprendedores que quieran comprender las líneas de movimiento del futuro, como ESIC, una escuela de negocios especializada en Marketing y la empresa que genera poderosas sinergias con su entorno y que tiene formaciones como MBA’s, Másteres en Marketing Digital, Ventas, Comunicación, Big Data, entre muchas otras áreas formativas. Barcelona, como decía la rumba, tiene poder. Es el poder del emprendimiento, de la creatividad y la aventura. Estos son los cinco atractivos actuales que hacen que Barcelona, como siempre, siga estando en vanguardia.

1. Hubs de emprendimiento

Barcelona está convirtiéndose en un centro puntero de creación de hubs creativos que acogen Startups. Según los últimos datos, estos espacios centrados en la generación de nuevas ideas, orientadas al negocio y la innovación, han generado en el último año más de 1300 nuevos puestos de trabajo, y siguen en aumento gracias a la aceleración del trabajo digital. La eclosión de los hubs surge a partir de la confluencia de dos iniciativas: la pública –muchos museos e instituciones, como el Museo de Historia de Cataluña, tienen su espacio creativo–, pero sobre todo la privada. Muchas empresas internacionales, como el grupo The Knot Worldwide o Facebook, han elegido Barcelona para crear núcleos de trabajo en los que explorar nuevas vías de expansión de sus negocios. Cada vez más espacios de la ciudad se abren a esta dinámica: la Torre Agbar, próximamente el edificio de Correos del puerto… Detrás de cada puerta puede que se esté imaginando el futuro.

2. Un distrito tecnológico

Las ciudades más dinámicas del mundo, ya sean Toronto, Singapur o Berlín, se caracterizan por tener un núcleos fuertes en su tejido urbano que se distinguen por la apuesta por la innovación. Barcelona no es una excepción, y el barrio de Poblenou –que en el siglo XIX fue epicentro de las nuevas fábricas, cuando la ciudad entraba en la revolución industrial– lleva años convirtiéndose de manera imparable en el nuevo centro tecnológico. El conocido como distrito 22@ es el principal espacio en el que han decidido instalarse todo tipo de empresas creativas, tanto culturales como de marketing, publicidad, programación o finanzas, para desarrollar su potencial en un entorno tranquilo, bien comunicado, donde cada edificio cuenta con amplios espacios para trabajar en las mejores condiciones. Un laboratorio que, además, tiene el mar a tiro de piedra.

3. Barcelona, SmartCity

Uno de los retos de futuro de las ciudades es que sean ciudades inteligentes, en el mismo sentido en el que lo son ya nuestros teléfonos móviles y también lo empiezan a ser nuestras casas. Una ciudad inteligente, o SmartCity, es la que utiliza la tecnología para mejorar la vida de sus ciudadanos, facilitar todos los aspectos del día a día, y convertirla en más segura y eficiente. Barcelona ha sido una de las urbes pioneras en el desarrollo de todo tipo de aspectos que, en el futuro, diseñarán el modelo estándar de SmartCity: semáforos inteligentes, experimentación con coches no tripulados, gestión del consumo energético… La ciudad que imaginó la ciencia-ficción algún día llegará, y el futuro comienza aquí.

4. A la vanguardia de la educación

Barcelona es una ciudad que atrae talento para las empresas. Pero ese talento hay que formarlo antes. Es en las aulas, en manos de equipos expertos, profesores de primera línea y planes educativos eficientes, donde se forman los profesionales que seguirán haciendo girar la rueda de la innovación. Barcelona cuenta con grandes escuelas de negocios, como ESIC, con más de 55 años de experiencia que opera en más de 40 países y que ha formado a más de 66.000 alumnos repartidos por todo el mundo. ESIC forma a los emprendedores del futuro con formación especializada en Management, Marketing y Tecnología, cuenta con equipamientos punteros en su campus de Sarrià-Pedralbes y ofrece másters como el EMBA (Executive MBA) o el MMD (Máster en Marketing Digital).

5. Ferias y coworkings

Barcelona es una ciudad preocupada por crear nexos de unión y patrones de colaboración entre entidades públicas, empresas y creadores. En los últimos años, por ejemplo, además de asistir a la explosión de los hubs, Barcelona ha visto cómo se han multiplicado los espacios de coworking en diferentes barrios, y cómo esta conexión horizontal entre creadores independientes ha ido generando proyectos nuevos y compartidos. Una de las claves de la innovación es estar abierto a nuevas ideas, comunicarse y colaborar, y en ese aspecto Barcelona ha desarrollado una red horizontal de encuentros que tiene en los coworkings su dimensión a pequeña escala, y que se maxifica en las numerosas ferias profesionales y convenciones –con el Mobile World Congress como punta de lanza– que tienen lugar anualmente en la ciudad.
Barcelona es, en definitiva, un imán de oportunidades.

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