Después de casi una década de obras, los comerciantes del mercado provisional de Sant Antoni vuelven al impresionante edificio de Rovira i Trias, representación de la arquitectura de hierro. El cimborrio octogonal es la corona que vertebra los pasillos en forma de cruz, donde están las 52 paradas de producto fresco –antes de la reforma había 180, pero mucho más pequeñas, dicen los arquitectos–, y donde cada comerciante se ha encargado de las obras de su parada. El Mercat de Sant Antoni es el más grande de Barcelona, con una superficie comercial de 15.000 metros cuadrados, de hecho, no es un solo mercado, sino tres: el alimenticio, los Encants y el Dominical.
El mercado alimentario
El mercado estaba originalmente delante de la puerta de Sant Antoni de la antigua muralla. Aunque se derribó, se volvió a construir el año 1872, cuando se convirtió en el primer mercado de Barcelona fuera de los muros.
Actualmente, es uno de los mercados municipales más grandes de Barcelona, que ofrece una de las ofertas alimentarias frescas más ricas y diversas de la ciudad y que se complementa con el Mercat dels Encants.
Encants de Sant Antoni
A partir de 1882, los comerciantes del textil del Paral·lel y otros productos no alimenticios empezaron a vender alrededor del mercado para aprovechar los clientes. La incorporación mejoró su actividad comercial y así nació el mercado de los Encants de Sant Antoni, que todavía coexiste con el alimentario. Actualmente, hay tenderetes de todo tipo donde podéis encontrar accesorios, ropa para todo el mundo, mercería y muchos productos más.
Mercat Dominical de Sant Antoni
Un poco más tarde, los domingos, se incorporaron a los dos mercados los libreros y col·leccionistas, que crearon el Mercat Dominical de Sant Antoni. Hoy en día, se ha especializado en libros y objetos tradicionales de colección, donde hay todo tipo de ofertas vinculadas a las postales, cromos, videojuegos y revistas, entre otros.