En la montaña de Montjuïc, justo detrás de la Fundació Joan Miró, encontramos estos jardines que son el sitio perfecto para pasear y disfrutar de las vistas desde lo alto de la ciudad. Se trata de la primera rosaleda pública que se creó en Barcelona, y destaca por su abundante vegetación, sus fuentes -como la famosa Font del Gat-, baldosas cerámicas y esculturas.
Historia de los jardines de Laribal
A principios del siglo pasado, en esta zona eran frecuentes los encuentros populares o reuniones como las de la Colla de l'Arròs, un grupo que mezclaba lo gastronómico y lo político y contaba con cierta influencia en la ciudad.
En la parte alta se encontraba la finca del abogado y periodista Josep Laribal, que fue adquirida en 1908 por el Ayuntamiento para fundar l'Escola del Bosc.
En 1929, para la Exposición Internacional de Barcelona, se llevaron a cabo los trabajos de ajardinamiento que dieron lugar a los jardines tal y como los conocemos hoy, con una clara inspiración árabe.