Al servicio del barrio Clot-Camp de l'Arpa del distrito de Sant Martí y de la ciudad de Barcelona, el Centro Cultural La Farinera ofrece una programación sociocultural generalista, poniendo énfasis en la música y las artes escénicas. Desde la Farinera se promueve un modelo cultural que vincula las artes con los proyectos comunitarios y la transformación social.
Con el objetivo de promocionar y hacer difusión de las artes escénicas de Barcelona, el centro también cede el espacio y el soporte técnico a compañías amateurs y profesionales de la ciudad. Aparte, el centro cultural también dedica una atención especial a la promoción de la cultura popular y a la recuperación de la memoria histórica, tanto del edificio como del barrio.
¿Qué actividades ofrecen?
Los talleres del centro van variando dependiendo de la semana y la época del año, aunque siempre ofrecen una amplia oferta para todos los gustos. Las actividades se dividen en diferentes especialidades: cuerpo y mente, actividades del casal para niños, bienestar, descubrir el barrio, idiomas, arte y creación, artes escénicas y danza. Cada taller tiene un precio diferente, aunque también existe la opción de realizar talleres gratuitos. Podéis verlos todos en su página web.
¿Por qué se llama 'La Farinera'?
En centro cultural se encuentra en la que fue una antigua fábrica de harina que funcionó hasta casi el final del siglo XX, la 'Harinera Sant Jaume'. Al cerrar su producción, la campaña 'Barcelona, posa't guapa' remodeló el espacio donde nació el actual centro. La fábrica formaba parte del municipio de Sant Martí de Provençals, que se llenó de industria gracias a su fantástica comunicación por tren y barco.
Aunque la fábrica suspendió la producción en 1991, no fue hasta 1995 que el Ayuntamiento de Barcelona pasó a hacerse cargo del espacio. Los arquitectos Carles San Feliu y Josie Abascal fueron los encargados de reformar el espacio, que se inauguró el 8 de mayo de 1999 por todo lo alto, con un concierto de rock incluido.
El edificio
El centro está ubicado dentro del mismo edificio que antes acogía la fábrica, que se conserva exactamente igual. El exterior es de estilo industrial de grandes proporciones, hecho con tochos e incrustaciones de cerámica, con un cierto aire del modernismo que se apoderó de Barcelona. Contaba con dos edificios: uno con dos pisos, que ya no existe, y otro con una planta baja y cuatro pisos, que funciona como el único edificio del centro. Actualmente, la construcción está catalogada como bien de interés local.