La Casa Batlló es una de las transformaciones arquitectónicas radicales que Gaudí y su colaborador, Josep Maria Jujol, hicieron para el magnate textil Josep Batlló entre 1902 y 1906. Gaudí convirtió un edificio cualquiera en una de sus creaciones más impresionantes y admiradas.
El resultado es parte indispensable del denominado cuadrado de oro, o manzana de la discordia, del modernismo catalán. El visitante puede encontrar varios edificios referenciales en apenas unos metros, como la Casa Amatller de Josep Puig i Cadafalch o la Casa Lleó i Morera de Lluís Domènech i Montaner.
Puerta de entrada a la genialidad de Gaudí
¿Qué significado tienen la fachada del edificio, los siniestros balcones, el techo escamoso? Algunos dicen que simboliza el espíritu del carnaval; otros, que representa una playa de la Costa Brava (en sus localidades podemos encontrar algunos de los rincones más especiales de Cataluña). Sin embargo, la interpretación con más consenso es que representa al caballero San Jorge y al dragón al que este mata en una leyenda tan relevante en el imaginario catalán que han generado a su alrededor el multitudinario Día de Sant Jordi.
La oportunidad de explorar el interior del edificio permite entender el detallismo de Gaudí: la ventilación en las puertas es ingeniosa y la luz natural que se refleja en las paredes azules del patio interior es increíble. Un apartamento del edificio está abierto al público, y también se puede acceder al ático y a la azotea. Los amantes de los perros apreciarán que en Casa Batlló se admiten mascotas, siempre con permiso del personal de las instalaciones y bajo supervisión del dueño.
Experiencias, inmersión y noches mágicas en la azotea
A lo largo de los años se han ido incorporando diversas novedades multimedia que realzan el encuentro con este clásico de la arquitectura gaudiniana, de visita obligada como espacio emblemático de Barcelona. Podemos disfrutar de la música original de la compositora Dani Howard o de experiencias inmersivas como el Gaudí Dome o el Gaudí Cube concebido por el artista Refik Anadol. Una visita a Casa Batlló dura una hora y quince minutos aproximadamente. Cabe destacar que se ha impulsado un programa pionero de atención especializada a personas neurodivergentes.
Además de las visitas al edificio bajo condiciones y en horario estándar (entre las 9 h y las 20 h), hay la posibilidad de hacer una visita temprana (con un recargo añadido). Otra opción es ir a alguna de las denominadas noches mágicas, que consisten en una visita tardía (a las 20 h) seguida de un concierto en la azotea. A lo largo de cada temporada de conciertos comparecen formaciones musicales de estilos diversos como el flamenco, el jazz, la rumba o el soul.
¿Cómo llegar a Casa Batlló?
La ubicación del edificio en pleno centro, en el Ensanche (l’Eixample) barcelonés, supone que haya muchas opciones de transporte público para llegar a Casa Batlló. Nos podemos bajar de un vagón de tren de RENFE, o de las lineas de metro 2, 3 y 4, en la estación Passeig de Gràcia. Los usuarios de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) pueden acercarse hasta la estación Provença. Y los visitantes que quieran llegar en autobús disponen también de diversas opciones.
Entradas y tarifas
A menudo pueden encontrarse promociones para visitar Casa Batlló con precio ventajoso, por lo que hay que estar atento a su página web. También hay tarifas reducidas para diversos colectivos (personas con discapacidad, mayores de 65 años, estudiantes), entrada gratis para niños de hasta 12 años de edad y diversos descuentos vigentes por múltiples motivos (desde ser usuario del Bus Turístic y de la Ruta del Modernisme hasta disponer de diferentes carnets).