El Zangamanga es un bar más de aquellos con encanto que se esconden en la zona de Gracia. Si eres un apasionado del rock, sólo con la decoración ya tendrás suficiente. Incluso, las puertas de los aseos tienen ilustradas, con mucha habilidad, las caras de Janis y el Jim. El propietario es un joven barcelonés que se ha pasado la vida entre guitarras y el recorrido de cuadros que llena cada rincóncito de las paredes "es su tributo a los grandes clásicos". La luz tenue y la pintura anaranjada dan un toque 'vintage' que recuerda a los clubes bohemios neoyorquinos donde todo es posible.
Además, el local que se abre alargado hasta el fondo invita a beber una cerveza de tirador mientras disfrutas del espectáculo del día. Puedes ver pequeños grupos de improvisación teatral en su debut, sumergirte en una 'jam session', alucinar con el microteatro o conocer los secretos de algún libro cada semana. Si eres de los tímidos, en los 'improshows' deberás sacar coraje porque suelen ser participativos. Una cerveza en el Zangamanga tiene gusto de cultura y de romper con la rutina. Elijas la noche que elijas, seguro que habrán preparado alguna para que no te vuelvas a casa indiferente. Una recomendación: si quieres picar algo, prueba las focaccias hechas al momento.