¿Quién no ha soñado con liderar una banda de rock'n'roll? La respuesta es afirmativa, ¡si tiene más de 40 años! Hacia allí en 2006, esta ambición podía satisfacerse durante tres minutos: solo tenías que inscribirte en la lista del Anti-Karaoke, la fiesta que creó la cómica y monologuista norteamericana instalada en Barcelona, Rachel Arieff. De 2004, año que empezó en el Llantiol, hasta 2016, el Anti-Karaoke se convirtió en una saga legendaria de resacas, diversión y descontrol, y que propició un star-system propio de mini-estrellas.
20 años después de su creación, la fiesta vuelve al espacio donde se convirtió en un evento de culto y 'bigger than life', que dirían los estadounidenses, es decir, el mítico sótano de la plaza Real donde ahora está el Club Sauvage, el antiguo Sidecar. La fiesta se establece con una periodicidad mensual en lugar de semanal (20 años después, amamos el rock and roll igual, pero ya no tenemos el cuerpo para alegrías descabelladas entre semana). La cosa sigue funcionando así: puedes elegir de un listado de 800 canciones de toda la historia del rock, absolutamente libres de trap y reggaeton, que van de Tom Waits a Slayer, pasando por Las Grecas, y subirás a cantar la que hayas escogido en un escenario en el que, entre otros, han actuado Nick Lowe o los New York Dolls. Tendrás un sonido de calidad de concierto, se recomienda que vayas disfrazado y con algún numerito preparado para la ocasión.
Porque de hecho, el Anti-Karaoke tiene una dimensión dual: el espectáculo es tan divertido –y a veces grotesco– que mucha gente acude a la sala sólo como público a presenciar la inefable humanidad que desprende. Podéis comprar las entradas anticipadas y todo el sarao, con birra incluida, ¡os saldrá por poco más de 15 euros!