Palo Alto Market
© Iván Moreno
© Iván Moreno

Ligar en Barcelona: chico busca chica

Olvidaos de chats y páginas de contacto, poned los pies sobre la tierra: os descubrimos los bares, lugares, trucos e ideas para conseguir volver a casa acompañado de una chica

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Imaginad una piscina llena de pirañas y una pata de jamón cayendo en ella, y tendréis una imagen aproximada de lo que es Barcelona para un hetero cuando llega "el caloret". Admito que con el frío, para cantar bingo es necesario agudizar el olfato como un cerdo trufero, pero en los meses cálidos llega la abundancia: hay pirañas y jamón para dar y tomar.

Si deseáis ir al grano, bañador slip XS y hacia el litoral, que es donde se cuece todo. Dos palabras clave: voley playa. Las pistas de la zona de la Barceloneta y sobre todo Nova Icària son desfiles de cuerpos 10, siempre dispuestos a practicar otros deportes más placenteros. De hecho, el voley es la excusa, y no será necesario que sepáis jugar: el nivel técnico de hombres y mujeres es inversamente proporcional a sus ganas de mojar... fuera del agua. Por cierto, las escuelas de surf tampoco se quedan cortas, recomiendo rondar como buitres el rellano de la Surf House.

Si sois heteros sutiles -casi oxímoron- y pasáis de guerras cruentas en el litoral, id con un perro al parque de la Ciutadella. No hace falta que sea vuestro perro. Tomad prestado el de vuestra madre, el de un amigo, vendedles la mentira de que os apetece pasearlo y utilizad al pobre animalito como arma infalible para enternecer las incontables universitarias que procrastinar en el césped. Si además le enseñáis a hacer un par de trucos y os cruzáis con alguna belleza acompañada de su chucho, sonará música celestial: os verá como el padre ideal para sus hijos y habrá chispa libidinosa. Certifico que funciona: usad un perro para mojar. Sin escrúpulos.

Ah, que de sutiles nada. Que sois heteros depredadores; no tenéis tiempo que perder con Tinder y dejáis la dignidad sobre la mesita de noche cada vez que salís de caza. Pues la cada vez más decadente plaza Reial es el paraíso del 'aquí te pillo aquí te mato'. El Karma es una ducha caliente de grasa, pero nunca falla. Las paredes del Jamboree hacen más olor a sexo que la habitación de Nacho Vidal. En la coctelería del Ocaña podréis practicar puntería en una sabana de leonas guiris con pasta y ganas de juerga. Y si estáis más tostados que Pete Doherty en Nochevieja, en el Sidecar podréis hacer 'peting' sin que nadie mire el espectáculo con cara de pena. Si nada de esto funciona, el último cartucho no te fallará. Tres palabras mágicas al taxista: Luz de Gas.

Por cierto, aunque parezca increíble los modernos como yo también mojan. Recomiendo la caza mayor de chicas cuquis con gafas de pasta y tatuajes a las nuevas 'gastroraves' que inundan la geografía barcelonesa. Una mina, de verdad. La moda del 'street food' tiene sus beneficios para la hetero 'indie'. Si vais a Palo Alto Market o a alguna feria 'cool' similar, podréis haceros los 'foodies' interesantes y volver a casa con una Zooey Deschanel cualquiera cogida del brazo.

PD: Los clubes al aire libre son viveros propensos al emparejamiento fácil. Si vais al Piknic Elektronik con las pistolas a punto y volvéis solos a casa, Houston tenemos un jodido problema.

De ruta

Siempre nos quedará la ruta del Bacalao, es decir, los clubes del paseo Marítimo de la Barceloneta y alrededores. Guiris esculturales con dosis imposibles de alcohol en su sistema circulatorio. Fluidez total si jugáis bien vuestras cartas y comodidad máxima para rematar el trabajo en la arena. Opium y sobre todo CDLC son las piscifactorías más fiables, pero cuidado con The Coconut Club: 'spring breakers' americanas al por mayor.

De pícnic

Ya ha comenzado la 'rave' definitiva de los domingos veraniegos y todos sabemos lo que implica esto: 'shorts', poquísima ropa, chicas que llegan de fiesta después de un fin de semana lisérgico... El sueño del tiburón hetero hecho realidad.

Piknic Elektronik
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Hay una expresión maravillosa que describe perfectamente el calorcito que se vive en la pista del Jamboree: 'arrimar cebolleta'. Pues aquí podréis hacerlo, toooda la noche.
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Se come de cojones, de verdad, y si vais después de que se ponga el sol encontraréis grupos de turistas universitarias bronceadas, alguna surfista y mucha carne a la vista. El salitre de la playa y las feromonas pondrán el resto.
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