llibreria Taïfa

En la ciudad de los libros

¿Queréis recorrer Barcelona y sentiros como un personaje de novela? Seguidnos por los bares, calles y plazas que han sido escenario de las ficciones de los autores más diversos: de Ruiz Zafón a Hans Christian Andersen

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Los escenarios literarios de Barcelona

Bar Pastís

Al final de la Rambla ya no hay marineros tatuados y blanquecinos, pero persisten las prostitutas y sus miserias. Pisando los talones del detective más negro de la literatura española, Pepe Carvalho, vamos a parar a uno de los últimos bares bohemios de Barcelona. Carvalho decide ahogar las penas con absenta, pero aquí la bebida tradicional es el Pastís. La música, al igual que el líquido anisado, suele ser francesa. El Pastís abrió las puertas a mediados de los años 40 y las paredes están repletas de recuerdos. Una de sus singularidades es la señora de cartón con zapatos de aguja rojos que mira al personal desde uno de los rincones.

TATUAJE
Manuel Vázquez Montalbán
José Batlló editor, 1974.
Planeta también sacó una edición del libro en 2004.

El Paral·lel

Con Rafael Tasis recorremos los bajos fondos del Paral·lel, donde las actrices de variedades son víctimas de misteriosos asesinatos. Es la Barcelona de los años 60, donde las bombillas de colores iluminan las entradas de los music halls y los rótulos anuncian el último estreno.

UN CRIM AL PARALELO
Rafael Tasis
Edicions Tres i Quatre, 2005.

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Catedral de Barcelona

Esta es la ruta del deseo y del delirio. Los dos personajes de la novela de Quim Monzó recorren toda Barcelona practicando sexo. En uno de esos momentos de euforia acaban en el confesionario de la catedral de Barcelona. Mientras se aman, oyen las voces de los turistas que admiran los arcos, columnas y vidrieras de las tres naves con el corazón de madera labrada y una cripta, que guarda los restos de santa Eulàlia, una de las dos patronas de la ciudad .

LA MAGNITUD DE LA TRAGÈDIA
Quim Monzó
Quaderns Crema, 1989.

Calle Almogàvers

La Barcelona que crece al margen del turismo y el "Ponte guapa". El personaje de Amat recorre la calle Almogàvers desde la plaza de Trafalgar hasta un estudio del Poblenou. "Una calle horriblemente fea y fascinante a la vez que empieza como un tobogán gigante", según la pluma del autor. Amat retrata un paisaje de almacenes y antiguas fábricas que, en la última década, se han ido reconvirtiendo en salas de conciertos y bares.

EL DÍA QUE ME VAYA NO SE LO DIRÉ A NADIE
Kiko Amat
Anagrama, 2003. 

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Sant Gervasi

Los barrios altos de Barcelona son los protagonistas de muchas de las novelas de Jaime Gil de Biedma o de los hermanos Goytisolo. Barral es uno de los otros autores que describe las calles tranquilas, desoladas y silenciosas del barrio de Sant Gervasi. Unos callejones que, según el escritor y editor, estaban formados por "humildes chalecitos de dos plantas", y donde todavía subsistían, en los años 50, las tabernas que vendían vino y vermut a granel, y las vaquerías.

LOS AÑOS SIN EXCUSA
Carlos Barral
Barral editores, 1978.

El Carmel

Marsé y el Pijoaparte hicieron famoso el Carmel, un suburbio franquista que creció durante las oleadas inmigratorias de los años 50 y 60. En la posguerra, las montañas de Barcelona se llenaron de barracas de techo de uralita y de hombres y mujeres que intentaban sobrevivir en esta plataforma "enterrada sobre la ciudad", como dice Marsé. El barrio creció anárquicamente y las escaleras siguen haciendo lo que pueden para salvar los desniveles.

ÚLTIMAS TARDES CON TERESA
Juan Marsé
Seix Barral.

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La Zona Franca

La primera factoría de la marca SEAT, todo un acontecimiento– de allí saldría el 600, el vehículo que revolucionaría el modus vivendi de buena parte de la ciudadanía y a quien los obreros incluso dedicaron un epitafio–, fue inaugurada por Francisco Franco en junio de 1953. Esta fábrica de la Zona Franca es todo un símbolo de Barcelona. Francisco Candel describe la cotidianidad de sus trabajadores y de los inmigrantes que llegaban a Barcelona procedentes de todas las Españas. En la factoría muchos trabajaban día y noche para conseguir un piso de las Viviendas SEAT, que todavía se encuentran en el paseo de la Zona Franca.

HAN MATADO UN HOMBRE, HAN ROTO UN PAISAJE
Francisco Candel
Plaza&Janés, 1975.

La Boqueria

La Boqueria que emana vitalidad, donde abundan los productos exóticos y los turistas se sienten como Jacques Cousteau fotografiando las pescaderías, poco tiene que ver con la del tiempo de la posguerra que describe Víctor Mora. En aquella Boqueria, hombres y mujeres con harapos recorrían el mercado y las calles vecinas, en una lucha diaria para arrancarle a la vida un día más. Buscaban entre los escombros y, por la noche, se refugiaban entorno al fuego, en la plaza Gardunya, que hoy es un aparcamiento.

ELS PLÀTANS DE BARCELONA
Víctor Mora
Edicions 62.

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Moll de la Fusta

En 1987 se inauguró, donde estaban los almacenes del puerto, el paseo del Moll de la Fusta. Joan Salvat-Papasseit trabajó allí durante el invierno de 1915 guardando madera en el muelle y la experiencia le sirvió de inspiración para escribir Nocturn per acordió. El ambiente portuario se ha ido desvaneciendo y ahora es un lugar de recreo. El poeta, sin embargo, que tantas veces evocó el mar, lo mira todo de reojo desde un pedestal donde se pueden leer algunos de sus versos.

POESIES COMPLETES
Joan Salvat-Papasseit
Editorial Ariel, 1988.

El Eixample

Los techos estucados, los dragones, los dibujos de los balcones, las puertas de hierro, la Casa Milà, Casa Batlló o la Casa Amatller... Muchos escritores se han sentido fascinados por el Eixample y lo han asociado al modernismo y a la burguesía. Uno de sus cronistas es Josep Pla, que escribió que Cerdà inventó el chaflán, "es decir, cortó los ángulos de las cuadrículas convirtiéndolos en octógonos irregulares" y eliminó los ángulos "excesivamente bruscos" adelantándose a los automóviles veloces que estaban por llegar. Leyendo a Pla casi se puede oler y palpar el ambiente y la historia del Eixample.

UN SENYOR DE BARCELONA
Josep Pla
Edicions Destino, 1989.

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