Anne Wiazemsky
Anne Wiazemsky

Confesiones de la exmujer de Godard

Anne Wiazemsky nos habla del rodaje de 'La chinoise' en su libro 'Un año ajetreado'

Publicidad

En Rolle, en una casita cerca del lago Lehman, a Jean-Luc Godard le deben estar pitando los oídos como el pitorro de una tetera. Sentada en el sofá de la recepción de un hotel del paseo de Gràcia, mientras la lluvia choca contra los cristales con una fuerza que asusta, Anne Wiazemsky me informa que siempre ha sido un marciano absoluto. Lo sabe de primera mano: estuvieron casados durante doce años. "Llegué a su vida justo después de que se separara de Anna Karina -explica-. Y como Anna Karina no había abierto nunca un libro enseguida me cogió cariño". Es una mujer parca en palabras, pero las pocas que dice son auténticos puñales.

En 2007, Wiazemsky publicó 'La joven'. En él explicaba que a la tierna edad de 17 años Robert Bresson le ofreció el papel protagonista de 'Au hasard Balthazar', el de la chica con cara de circunstancias que iba arriba y abajo aferradas a las orejas de un burro. En aquella época Godard ya había estrenado 'Pierrot le fou'. "Recuerdo que fui a verla con un pobre chico al que le gustaba y le obligué a quedarse a ver las tres sesiones de la tarde". Aquel Belmondo con la cara pintada de azul ya le hizo tener ganas de lanzarse a los brazos del maestro. Pero Wiazemsky no era más que una estudiante de secundaria con unas notas muy modestas.

Cuando se estrenó 'Masculino y femenino', en cambio, Bresson ya la había dado a conocer, y sin ningún tipo de vergüenza envió una carta de admiración al cineasta, con la dirección de la redacción de los 'Cahiers du cinéma'. Así empieza 'Un año ajetreado', su último relato autobiográfico, donde nos explica sus primeros meses de relación con Godard, desde su primera noche en la cama de un castillo del sur de Francia hasta que -él como cineasta y ella como actriz - acabaron el rodaje de 'La chinoise'. "La he revisado muchas veces en DVD estos últimos tiempos -continua-. Sigue siendo una gran película. Pero no entiendo por qué acepté que me hiciera decir tantas tonterías seguidas".

Va afilando el cuchillo cada vez más, hasta que revienta. "La carrera política de Jean-Luc siempre me tocó los cojones -dispara-. Ni el grupo Dziga Vertov, ni sus tendencias maoístas me interesaban. Nos discutimos más de una vez". Ahora ya  no mantienen el contacto. Nadie sabe si Godard ha leído el libro o no, ni si hay algún riesgo de que saque la cabeza de su casita de Suiza para pedir explicaciones. "Ni siquiera me preocupa -acaba Wiazemsky-. Ya pasé por una experiencia así. Un tío mío amenazó con denunciarme mientras escribía 'El libro de las despedidas'. Y, para ser sincera, Godard no me asusta para nada".

UN AÑO AJETREADO
Anne Wiazemsky
Trad. Javier Albiñana
Anagrama
218 págs. 17,90 €


Recomendado
    También te gustará
    También te gustará
    Publicidad