10 grupos y artistas de música emergente que debéis escuchar este diciembre

El nombre artístico elegido por esta joven banda madrileña da muchas pistas sobre su estilo y sus intenciones: Nebraska es el título de uno de los discos más perfectos de Bruce Springsteen, y remite al interior de Estados Unidos. Por tanto, a nadie le sorprenderá saber que hacen folk-rock desde 2017. Ahora bien, su estilo no es exactamente sobrio, ni seco, ni tampoco nostálgico del rock clásico americano. De hecho, las canciones de Nebraska tienen un color pop contagioso, están sostenidas por instrumentaciones imaginativas y por armonías vocales exuberantes, y ese entusiasmo –que a veces recuerda al añorado Donosti Sound de los 90– se va perfilando con mayor claridad a medida que avanzan en su camino: en 2019 publicaron su primer álbum, ‘Las aventuras de todas partes’, y en sus nuevos singles de 2021, ‘La función’ y ‘Sueño erótico’, suenan aún más exultantes, una invitación a ser feliz.

No son exactamente unas recién llegadas. El trío The Crab Apples publicó su primer álbum, ‘Right here’, en 2014, en el sello Discmedi, y cuatro años después publicaron el segundo, ‘Drastic mistake’. Estamos ante una formación con las ideas claras y experiencia de sobras, pero eso no significa que ya lo tengan todo hecho. En realidad, Carla Gimeno, Laia Alsina y Laia Martí, tres amigas de Barcelona, han ido avanzando cuidadosamente y con paciencia en el perfeccionamiento de su estilo, un pop psicodélico, en el que se mezclan guitarras y producción electrónica, que tiende simultáneamente a la melancolía y al baile. En 2021 han publicado su tercer álbum, ‘CRAP’, y en su nueva canción, ‘Hay luz’, el juego de colores y emociones es cada vez más intenso.

Carla Lourdes es una cantautora de perfil clásico: empezó con la guitarra acústica y su voz, imaginando melodías agradables sobre acordes dulces –y a veces incluso silbando por encima–, pero en 2021 ha dado un salto adelante: sus canciones tienen ahora una producción más rica, adornos que llenan los espacios y aportan más color a sus ideas. El trayecto ha sido corto por ahora –su primer single, ‘Sinergia’, es de 2020–, pero el salto hasta ‘Si es contigo’ y ‘Plan de altar’, sus dos últimas canciones enmarcadas en un plan mayor que lleva por nombre ‘Sin instrucciones’, es grande: ahora Carla Lourdes aspira a consolidar un folk-pop moderno que gira alrededor de temas cotidianos. Su último lanzamiento es ‘Canción pa’ seguir viviendo’, con Raúl Ben. Música que quiere curar el alma.

Nació en Australia y ahora reside en Barcelona, pero si escuchas a Mel Brennan quizá te pueda llevar a confusión, y podrías pensar que es brasileña, ya que su estilo está muy cercano a la bossa nova. En esencia, Mel es una cantautora con gusto por las melodías lánguidas y los arreglos exóticos, una continuadora en el tiempo del folk ácido de los años 70, pero su fascinación por la bossa llegó muy pronto, y ha empezado a impregnar todas sus composiciones, que lleva creando desde 2017. Y aunque por su estilo pueda parecer que es una compositora con afán escapista, nada más lejos de la realidad: Mel trata sobre cuestiones sociales y medioambientales, es una cantautora comprometida que ya tiene en su cuenta un álbum, ‘Half lifes’, y varios singles ideales para sumergirse en un estado melancólico, el último de los cuales, ‘My guitar over HR’, se acaba de publicar.

Ricci Nostra reúne varias influencias en sus canciones: el del rock americano de los 80, el del folk psicodélico de los 70, pero sobre todo el del rock argentino de Luis Alberto Spinetta y Gustavo Ceratti, dos de sus ídolos. Ricci Nostra se mantiene fiel a sus orígenes porteños y su música es un encuentro entre tradiciones y elegantes detalles de producción, como guitarras líquidas, bajos pulsantes y melodías que recorren la canción como si fueran espirales cargadas de metáforas. En 2019 publicó su primer álbum, ‘Jinete de conejos’, y en 2021 ha progresado aún más en la madurez de su propuesta con ‘La maldición del amarre’, un disco singular, enigmático y extraño, pero que te atrapa sin remedio.

Paula Koops, el proyecto artístico de la madrileña Paula López, es un síntoma claro de que hay un nuevo revival en marcha: el del pop-rock de principios de la década de 2000. Paula inició su carrera en solitario a principios de 2021, y sus canciones están marcadas por la influencia de la música de su infancia, la de artistas como Avril Lavigne o los momentos más pop de Green Day. De momento, Paula Koops ha publicado cuatro singles, así que hay que estar atentos a sus movimientos futuros, ya que la producción de cada pieza progresa en cada nueva propuesta: guitarras más redondas, melodías más épicas, emociones más intensas… e incluso voces tratadas con autotune, porque la nostalgia no está reñida con la actualidad.

El valenciano Rafa Ballester, más conocido como Erre, lleva publicando canciones desde 2019, y desde entonces hasta ahora jamás ha escondido sus cartas: estamos ante un cantautor de corte clásico que busca sobre todo la sencillez –su nombre artístico, simplemente su inicial, es significativo en ese sentido–, la emoción y la armonía entre texturas acústicas y eléctricas, en la línea de sus héroes, como Quique González o Andrés Calamaro. Es autor de un álbum ya algo lejano, ‘Menos es más’ (2018), pero eso no implica que se haya quedado callado. En los últimos meses no ha parado de editar nuevas canciones, sobre todo colaboraciones con amigos como BER (‘Colmillos’), Cheti (‘Coco bipolar’) o Alex Wall (‘dulce veneno’), una forma de ampliar sus horizontes creativos sin renunciar a su rotunda personalidad.

Margo, la mujer detrás del proyecto Sealskin, es una auténtica artista del mundo global: nació en Rusia, tiene raíces armenias y mongolas, reside en Barcelona, pero su pop aspira a expandirse a lo ancho del cosmos gracias a una producción electrónica tan futurista como mística. En una primera escucha, las referencias parecen bastante claras: Björk, Sevdaliza… Pero ha acumulado tantas canciones en los últimos cuatro años, y su ritmo de producción es tan veloz, que en realidad hay mucho más en el estilo de Sealskin. Lo que busca es una conexión entre la tradición –músicas surgidas de los confines más distantes de la Tierra–, la elegancia de las armonía del jazz, y las texturas brillantes del trip hop, el ambient y la electrónica exploradora. Ella te invita a viajar, y vale la pena subir a su nave espacial.

La historia reciente de Ley ha sido lo suficientemente intensa como para inspirar un cambio profundo en su música. Cuando se activaron las alarmas de la pandemia, decidió trasladarse de Barcelona –donde tenía una fructífera carrera como DJ, tendiendo puentes entre el techno y el indie, lo que le ha llevado a colaborar con bandas como Sidonie o Second– hasta Toronto, en Canadá, sin saber que la cuarentena de la ciudad sería una de las más largas del planeta. Allí pasó ocho meses de confinamiento, repensando su propuesta y buscando inspiración en un exterior desolado. El primer resultado de su cambio creativo, ahora como cantante y productora, es ‘Purple haze’, una pieza de pop psicodélico con sintetizadores brillantes, adelanto de su álbum ‘YYZ’, que promete ser una de las experiencias sónicas más vibrantes del año próximo.

¿Es posible encontrar puntos de encuentro entre la estética del trap y el sonido del rock? Nevo Angel afirma que sí, y además lo lleva a la práctica en una propuesta artística que une las baterías frenéticas y las guitarras afiladas del rock de los 80 con las voces autotuneadas y el fraseo de las canciones urbanas de la última generación. En la línea de bandas como Cupido, Nevo Angel suena como si Cecilio G. aceptara ser el cantante de Guns N’ Roses, o algo parecido. El año 2021 ha sido frenético para él –ha lanzado siete singles y un álbum, ‘Eclipse’–, y los resultados han sido satisfactorios: ahora ha encontrado su espacio propio, y el futuro que tiene por delante es brillante.