Trivolle

TriVolle: el deporte que lo petará el próximo verano

Esta adictiva disciplina llega a Barcelona directamente desde Estados Unidos

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TriVolle. ¿A qué os recuerda? ¡Ya os lo decimos nosotros! El nombre nos adelanta que este deporte tiene cosas del voleibol pero que el tres juega también un papel importante. Eso sí, no os tocará hacer un trío sino que para jugar, tendréis que buscar pareja.

El tres hace referencia al número de toques que podéis hacer con vuestro compañero antes de devolver la pelota a la red. El TriVolle nos llega desde Estados Unidos –donde se conoce como Spikeball– y si ha aterrizado en nuestro país lo ha hecho gracias al empuje de Natalia y la comunidad TriVolle Spain. "Durante un año viví en Chicago. Allí, un día, me encontré con un campeonato de spikeball, empecé a hablar con los chicos que lo llevaban, me enseñaron cómo jugar y acabé marchándome a casa con un set de TriVolle: una red y una pelota", nos cuenta. Y de aquí a jugar por España, enseñar a decenas de curiosos, hablar de nuevo con los chicos norteamericanos, crear TriVolle Spain y empezar a moverlo con una amiga en septiembre de 2016.

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Una red redonda con cinco patas y una pelotita amarilla. Es todo lo que se necesita para empezar a jugar este deporte. Lo cogéis y lo plantáis en una playa o en un parque y ya podéis empezar a sumar puntos. Se juega en duplas, así que necesitaréis también un compañero de viaje y un equipo rival. "Necesitáis muy poco para jugar. Llevas el set en la mochila y cuando quieras y donde quieras lo sacas. Además, es un deporte que se adapta a todo tipo de edades o niveles. Depende de cómo te lo tomes puede ser deporte o juego. Lo que cuenta no es tanto el físico sino la inteligencia, la táctica o la compenetración con tu pareja", añade. Vamos, que aunque seáis dos chicas con poca fuerza y ​​estéis ante dos porteros de discoteca... ¡tenéis opciones de ganar!

En Barcelona, ​​el 'corresponsal' de TriVolle es Oriol, que maneja un grupo en meetup y organiza encuentros: son los sábados o domingos y se pasan la mañana 'trivolleando'. "Hice un erasmus y coincidí con una chica norteamericana que organizaba encuentros para jugar y me gustó. Fuimos jugando y practicando con un grupo y, a medida que mejorábamos y que pasaba a ser más competitivo, me enganché", nos cuenta. Nos sumamos a una mañana de TriVolle y nos encontramos en la playa de la Nova Icària a las 11 de la mañana. Primero toca aprender el abecé del deporte: el objetivo es llegar a 21 puntos –aunque las partidas se tienen que ganar por más de dos–. La red se pone en el suelo y la idea es golpear la pelota, enviarla hacia la red y que, una vez vuelva a despegar, al rival le sea imposible devolverla. ¡Se suman puntos cuando el otro no puede responder! "Cuando empiezas a jugar a todo el mundo le sale instintivamente devolverla a la primera. Pero lo que tienes que pensar es que tienes que jugar en pareja y puedes hacer hasta tres pasadas con tu compañero de equipo antes de enviarla de nuevo hacia la red. Las parejas que juegan en equipo son las que ganan así que la conexión es clave", añade Natalia.
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Ya nos lo habían avisado. Es un deporte de competitivos. Y seamos sinceros, ¿qué es lo que más nos engancha cuando jugamos a algo? Podernos picar y picar y picar... jugamos una partida, termina rápido y ya tenemos la cabeza fijada en la red y con ganas de volverle a dar a la pelotita. ¿Lo más difícil? ¡Lo que nos decían! Darnos cuenta de que jugamos en pareja y que si la tocamos entre los dos –haciendo un máximo de tres pases– les acabaremos haciendo más difícil la vida a los rivales. "Piensa en tocarla a veces más suave, otras más fuerte... tienes que intentar darle, también, cuando esté más abajo... Si bota dos veces sobre la red... ¡Mec! Es mala y el punto es para los demás", nos advierten.
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¿Una buena noticia? ¡Podemos golpear el balón con cualquier parte del cuerpo! A algunos les va bien hacerlo con el pie.. a otros con la cabeza. "No es fácil, es un recurso más. Lo que se ve más es gente que le da con el pecho. Tienes que estar 100% concentrado y muy atento, moviéndote, echándote en el suelo... ", dice Oriol. Eso sí, debemos evitar el contacto: nada de intentar tirar de la camiseta al otro, empujarlo o molestarlo para que no la devuelva: se repetirá la jugada. "Es un deporte muy honesto, de ser personas. Cuando hay una acción dudosa, todo el mundo reconoce cuando ha fallado porque a nivel más recreativo o de ocio no se juega con árbitros", puntualiza Natalia. Además, una vez se inicia la partida "no hay límites ni lados... es decir, puedes rotar, moverte de posición...", nos explican.

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Al principio, las partidas se hacen más cortas pero a medida que ganamos en habilidad y que nos hacemos más con el juego, la cosa se alarga y tardamos prácticamente unos 20 minutos hasta proclamar a un vencedor. "Incluso la gente que no está acostumbrada a hacer deporte, enseguida le coge el punto y puede jugar. Además, el hecho de jugar en parques o en la playa termina por convertirse en un añadido. No vas solo a jugar: uno lleva la guitarra, otro unas cervezas, charlas con unos y otros, haces deporte... ¿Qué más necesitas?", apuntan. Nosotros nos pasamos casi toda la mañana trivolleando. Somos cuatro y hacemos hasta 8 partidas, vamos cambiando de pareja y, poco a poco, notamos como mejoramos –un poco– nuestro juego. Al lado, nos rodean redes y más redes de voleibol. "Muchos nos ven jugar y se animan a probarlo y, como vienen del vóley, cogen bastante rápido la técnica del TriVolle", explica Oriol.

Si os ha entrado el gusanillo y queréis comprar un set, podéis enviar un mail a trivollespain@gmail.com o buscarlos en Facebook. La idea desde TriVolle Spain es moverlo por diferentes ciudades del Estado y organizar eventos en playas y parques para promoverlo como una actividad más de ocio. "Somos uno de los países con más kilómetros de playa y más días de sol... todo invita a jugar a un deporte así. También queremos constituirnos en asociación y cuando seamos más los que sepamos cómo jugar, intentaremos crear campeonatos", concluye Natalia.
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