Calentamiento
Para calentar, formamos un círculo y saludamos al compañero de la derecha con una alegría extrema -sí, con gritos, besos y abrazos- y con el de la izquierda actuamos de la manera más seria posible. Buscamos romper el hielo y jugar con las dos partes del cerebro, la derecha creativa y la izquierda más racional. Es el primero de la infinidad de juegos que vendrán a continuación. Bailes en pareja espalda con espalda; tríos para formar una casa que al grito de inquilino se debe deshacer y nos obliga a buscar otros compañeros con los que crear una nueva, o cánticos al unísono del du duá mientras movemos brazos, sacamos lengua y ponemos pies de pingüino. En fin, ¡que la vergüenza se debe dejar en casa!