Los primeros pasos
¿Cómo empezamos? Antes de nada, pasaremos visita con el veterinario para que le escuche el corazón, la respiración y nos diga si puede practicar el canicross. Cualquier perro puede hacerlo si tiene más de 1 año y menos de 10 y si está en buena forma física. Después, le tendremos que enseñar a nuestro perro que el arnés es algo chulo para que siempre que lo vea entienda que pasarán cosas buenas. "Que se acostumbre y que lo huela. Además, lo podemos combinar con algún juego y con premios suculentos. Enfadarnos o obligarle no nos llevará a ninguna parte, sólo a dar pasos atrás", advierte Masriera. Una vez que nuestro perro se sienta a gusto con el arnés puesto, tocará enseñarle a ir delante de nosotros y a tirar: seguramente habrá aprendido a ir a vuestro lado mientras pasea, pero ahora, deberá entender que con el arnés puesto tiene que moverse al frente. "Lo ideal es empezar haciendo 200 metros. Si tira, perfecto, lo felicitas, le das un premio y por hoy ya habéis terminado. Si no tira, alguien que conozca al perro podría ponerse delante y llamarlo para que entienda que debe arrastrarnos. Se necesita paciencia y constancia". También le deberéis enseñar a diferenciar entre el momento de juego y el de canicross y, aquí, también ayudará que asocien el arnés a entrenar. "Mientras lo llevamos, corremos adelante, después ¡ya jugamos!". Nosotros somos el 'paquete' y ellos son los líderes: "Dependes de tu perro, él es quien te lleva. Corre, habla, grita... pero piensa, siempre, que él es quien va en cabeza y es el líder, así que es fundamental motivarlo porque físicamente es capaz de todo", añade Leire Fernández. Ella, con 19 años, también sabe lo que es ganar un Campeonato de España de mushing sobre nieve y nos recuerda que lo más importante es darle confianza al perro: "Puede que no sepa tirar, que no interprete bien el camino, que se asuste con otro perro... pero se le enseña. Debemos dejarlo madurar y que se sienta seguro cuando escuche nuestra voz".