Perdón, ¿un mapa?
Es el primer día. Estáis emocionados porque, por fin, habéis pasado a la acción y os habéis decidido a apuntaros al gimnasio. ¿Lo primero? ¡Aprender a entrar! Que si huella, carnet, pulsera..., tiene su qué. ¿Segundo? ¡Orientaros! En la mayoría de centros deportivos se puede hacer de todo y eso es sinónimo de unas instalaciones inmensas donde el primer día no encuentras nada. "¿Dónde está el vestuario? Y, ¿la sala de máquinas?". Preguntad, preguntad porque será la única forma de que encuentréis el camino y no lleguéis tarde a clase. ¿Otro misterio? Encontrar la fuente de agua. Pero eso ya es otro nivel.