Encanto. De esto va sobrado el Barcino. Quién nos habría dicho que justo al lado de una calle tan transitada como Balmes se escondería este templo del tenis rodeado de jardines. Es un club familiar, situado en el corazón de Sant Gervasi, en el que la raqueta es protagonista y donde os sentiréis como en casa gracias a sus acogedoras zonas sociales. Además, también os podéis acercar hasta él para descubrir el hockey patines, el ping-pong o el fútbol sala y olvidaros que estáis en medio de la ciudad.