Que el bikram sea una de las modalidades de yoga más intensas no depende tanto de las asanas –son básicas y se mantienen poco rato– como de las circunstancias en las que se llevan a cabo. También llamado hot yoga, se practica a una temperatura de 40 grados, condición extrema que lo hace bastante exigente: cuidado con los mareos la primera vez. ¿Por qué? El calor exterior permite perder menos tiempo con el calentamiento e ir más al grano con las posturas, y con los músculos calientes durante toda la práctica, se previenen posibles lesiones con los estiramientos. Haciendo bikram sudaréis como nunca (un consejo: id con poca ropa) y, por lo tanto, eliminaréis muchas toxinas. Bikram Yoga tiene dos estudios en Barcelona, uno en el centro y otro en Sarrià.
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