Risas, bromas o conversaciones entre pliés y relevés. Estamos en una clase de ballet para adultos y al poner un pie en ella se nos rompen todos los esquemas. No hay un silencio absoluto, no se respira tensión y no tenemos por profesora a una Rottenmeier sin tacto. Lorna Gil es la responsable del Estudio Lorna Gil (Sant Germà, 18) donde tienen entre ceja y ceja acercar el ballet a todos los públicos. "Es una disciplina muy precisa y tienes que estar 100% concentrado pero con tensión no se puede bailar. Quizás por la influencia de la televisión o del cine, tenemos una imagen del ballet... pero nosotros defendemos una danza no elitista, que no excluya. Dicen que la letra con sangre entra pero con alegría también, ¿verdad? Creo que las cosas graciosas también se nos quedan y que la carga emocional, durante las clases, no debe ser negativa", explica Gil.
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