All Star Cheerleading
© David Grau LlinaresAll Star Cheerleading
© David Grau Llinares

All Star Cheerleading en Barcelona

No animan a equipos ¡son el equipo!

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Animadores: pompones, faldas cortas y 'dame una A' como cántico principal mientras animan al equipo de fútbol americano de turno. ¡Mec! Huid de los tópicos de las películas y series norteamericanas y rascar un poco. El 'cheerleading' nació en Estados Unidos con el objetivo de animar al equipo y al público pero, pasado un tiempo, surgió una versión competitiva: el All Star Cheerleading. No son los animadores de nadie, ¡son el equipo! Entrenan y trabajan a lo largo de todo el año para competir. Son auténticos atletas.

"Cuando digo que entreno a un equipo me dicen: “¿qué es eso de los pompones? ¿A quién animáis? ¡Siempre tenemos que explicar qué hacemos! Por eso intentamos participar siempre en exhibiciones, competiciones... necesitamos que la gente vea el deporte y lo conozca". Quien habla es Alba Lázaro, presidenta, entrenadora y ex animadora de BCN Cheer, el primer club de esta disciplina que nació en Barcelona en 2011. La hermana de Lázaro iba a clase con Adriana Boy que creció y se formó en Canadá como cheerleader. Al llegar a Barcelona, ​​Boy, ante la inexistencia de clubes donde practicar en el All Star, acabó fundando BCN Cheer y animando a amigas y conocidas a sumarse. "Cuando llegué no había nada. Ahora somos ya más de 50 personas en la entidad. Estamos trabajando también para tener un equipo mixto la próxima temporada porque tenemos un grupo de chicos que entrenan cada jueves, dominan mucho la acrobacia y están muy motivados. En Barcelona somos tres clubes, más otro en Hospitalet... Poco a poco vamos sumando gente", explica Boy.

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El All Star Cheerleading combina baile, acrobacias, saltos, 'tumbling' –elementos de gimnasia artística en el suelo– o portés –cuando una cheerleader es levantada por las otras para formar una figura–. Los equipos, que pueden ser de casi 25 personas, hacen rutinas de 2 minutos y medio al ritmo de 'remixes' de música, con efectos de sonido, ‘voice overs’... "Debemos actuar siempre, sonreír y mantener la misma energía a lo largo de toda la actuación. Cuando empecé, me costaba mucho sonreír. Tenía que estar concentrada en mil cosas, me daba vergüenza... pero cuando te familiarizas con la rutina y te lo pasas bien, te sale solo", dice Lázaro.

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A la hora de competir, los campeonatos se estructuran por edades y niveles –hay seis–. Sin embargo, en nuestro país, de momento, se centran en competir en los tres primeros; este año se ha celebrado la segunda edición del Campeonato de Cataluña y también del Open Barcelona. "Trabajamos con nivel 1, 2 y 3 porque creemos que es importante darle una buena base al cheerleading. Cuando haya más volumen de practicantes ya iremos introduciendo los siguientes niveles. Por seguridad y para crecer con consistencia creemos que es la mejor opción", explican Boy y Lázaro. Se valora la sincronización, la coordinación, la precisión, la creatividad, así como la impresión global de la actuación. “Se puntúa por secciones, se mira si hay caídas, si la flyer se ha movido... Eso sí, existe una normativa que te prohíbe hacer elementos del siguiente nivel, para respetar la progresión y por seguridad. Si acabas de empezar debes afianzar los conceptos básicos", dice Lázaro.

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En BCN Cheer cuentan con seis equipos: tres sénior, de nivel 1, 2 y 3 y un juvenil de nivel 1, además de un grupo de Cheer Pomp –sí, cheerleading con pompones– y el mixto que está en camino. La rutina habitual de un sénior avanzado es entrenar cerca de dos horas, dos días a la semana. Primero, hacen una preparación física de una hora larga y, después, practican secciones de la coreografía, sobre todo portés y pirámides. "Normalmente, marcamos alguna sección y las otras las hacemos y lo pasamos entero una vez o dos. Es muy intenso pero deben aprender a saber cuándo respirar y estar preparadas por si les toca hacer una figura al final de la rutina. También tienen que saber caer bien, como palos, para que los compañeros puedan cogerlas y nadie se haga daño", puntualiza Lázaro.

Pirámides, portés, lib, flyers, bases, back spotters... como todo deporte, el All Star Cheerleading tiene su propio idioma y, en las instalaciones de Eports UB donde entrenan las de Boy y Lázaro, oiréis hablar bastante en inglés. "Nos gusta mantener las palabras clave originales, marcamos los pasos al ritmo de one, two, three, four... Si un día viene un entrenador de fuera o vamos a hacer algún workshop en el extranjero es mucho más fácil entenderlo todo". De hecho, este mismo año, un técnico de Estados Unidos se acercó para ayudarles a montar una coreografía y, en verano, participarán en dos competiciones en Inglaterra: en Liverpool y en Bournemouth.

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¿Y como terminan en BCN Cheer? Por el boca a boca, por amigos... algunos vienen de la gimnasia o de la acrobacia o, simplemente, buscan un día 'cheerleader' en google y las encuentran. "Quizás es porque, prácticamente, vi nacer el deporte aquí en Barcelona pero estoy completamente enganchada, siento mucha pasión. Trabajas para el equipo. En Europa todavía es pequeño y hay un ambiente muy chulo, no hay tanta rivalidad y la competitividad es muy sana", confiesa Lázaro.

Enmarcado dentro de la Federació Catalana de Balls Competitius, el All Star Cheerleading apuesta por los saltos, las volteretas o el baile pero siempre con la seguridad en mente y en equipo: a la hora de animar y competir, todos los que pisan la moqueta son importantes, no hay suplentes.

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