Os lo confesamos: con el Bicing todavía no lo tenemos claro. Lo queremos y lo odiamos. Hay días en que nos hace las personas más felices del mundo y otros en los que tiraríamos el carné bien lejos para no volver a verlo. Ahora, en un año, pasamos horas y horas pedaleando. Y, yendo en bici hay mucho tiempo para pensar. Tenemos un buen número de preguntas que nos rondan la cabeza cada vez que rodamos en Bicing por la ciudad.
¿Por qué somos los únicos que lo cogemos de subida?
Quedan bicis... ¿por qué me dices que no hay ninguna disponible?
¿Por qué nadie lleva casco?
¿Cuántos usuarios somos?
¿Cuáles son las paradas más populares?
¿Por qué somos la envidia de los turistas?
¿Por qué nos pone de tan buen humor ir en bici (ng)?
¿Por qué los coches y los peatones nos odian?
¿Por qué nos hace tanta ilusión pasar por la Plaza Tetuán?
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