11 bares de gimnasio donde comer sano

Los Saibò nacieron con la idea de dotar a los Clubs DiR de un servicio de restauración y cafetería que se adaptara al máximo a la filosofía y a la visión de la cadena de gimnasios y sus clientes, por eso, los platos están pensados ​​siguiendo los consejos del equipo de nutrición del centro. “Hay tres opciones de menú: el frío, el caliente y el completo. Lo que más se pide son ensaladas. Trabajamos con cereales como la quinoa o el mijo, woks, alimentos a la plancha... casi no utilizamos la carne roja”, nos dice Manel, gerente de los restaurantes. Eso sí, la estrella es el pan de cereales “¡si lo quitamos, nos cierran el Saibó!”, ríe. En el del DiR Diagonal es donde más se trabaja a lo largo de todo el día y a un ritmo alto: “en 30 segundos el cliente debe estar servido. Ofrecemos un servicio bueno, rápido y sano, hacemos fast good”, añade.

Muy familiar. Así es el gimnasio y así es un restaurante que responde al nombre de El racó de l’esportista. Está justo antes de los tornos de entrada al Holmes Place Les Corts, es de acceso libre y la oferta está pensada para familias. “Por la mañana tenemos un público más senior, con gente que se puede pasar dos horas, incluso, a veces, sin consumir o trayendo  cosas de casa y calentándolas en el microondas que tenemos. Somos un gimnasio municipal gestionado por una empresa privada y tenemos que estar abiertos al barrio, casi como si fuéramos una biblioteca. Queremos que la gente pase tiempo con nosotros por eso les ofrecemos un servicio económico y de calidad”, nos explica Sten Bergman, director del centro. Bocadillos variados, fruta, verdura, yogur, menú de mediodía a 10 €, una barra con vistas a la piscina y una terraza. “No ofrecemos nada que no creamos que sea saludable y beneficie a nuestro socio”, resume Bergman.

En Tuset encontramos la evolución del concepto Saibò. Un restaurante moderno, minimalista, de tonos grises y con ventanas que dan a la calle. Hacia aquí es donde parece que irán el resto de Saibò(s) de los DiR. Además de Diagonal y Tuset, también cuentan con restaurante en Hispà, Maragall, Castillejos, Sant Cugat y en verano, en el Seven. El de Tuset y el de Sant Cugat están abiertos también a no socios del DiR. “Nos viene mucha gente de empresas de alrededor a comer y se enganchan al concepto”, nos explica Manel. La mayoría son clientes fieles, de los que casi fichan cada día y, por eso, también les ofrecen la opción de comprar 11 menús de golpe pero al precio de 10. “El objetivo del gimnasio es ayudar al cliente a llevar una vida saludable y esto no es sólo hacer deporte, también debe acompañarse de una buena nutrición”, nos dice. Un consejo: si os acercáis a la hora del desayuno, pedid un zumo ‘cold pressed’, delicioso y 100% nutritivo y saludable.

Coged el sombrero de paja, las gafas de sol y una camisa bien planchadita de casa y dirigíos hacia el Polo. Terraza, restaurante principal, bar de la piscina... Un segundo, no os volváis locos que aquí la oferta es amplia. Si sois de esa gente que no soporta comer con niños pequeños cerca –existen, sí– id al restaurante, el menú –buenísimo– sale por 23.40 euros pero incluye el famoso steak tartar de la casa o un arroz seco con caldo de galeras delicioso. Para un plato combinado con niños subid al de la piscina. Eso sí, nosotros nos quedamos con la terraza que está delante del campo de polo. Sentaos allí y pedid croquetas, croquetas, croquetas, croquetas, croquetas... ¿Ha quedado claro? Son las mejores de Barcelona. ¡Palabra!

Hay espacios que nos hacen sentir cómodos tan solo con pisarlos. Amplias ventanas que dejan entrar mucha luz, mesas y sillas de madera, puertas de cristal correderas, sofás infinitamente cómodos... el Restaurante Metropolitan Iradier es todo calidez. Como dirían en danés es uno de los espacios más 'hygge' de la ciudad. ¿Miramos la carta? ‘Pidé’ con puerros confitados, queso scamorza affumicata, nueces y rúcula; rollitos de hojaldre rellenos de queso hechos con menta y orégano; tabulé con semillas de cáñamo y tomates fresco San Marzano... el menú de mediodía sale a 18 €. “Trabajamos con un producto de máxima calidad, de temporada y elegimos siempre el mejor método de cocción para aprovechar y conservar al máximo las propiedades nutritivas de cada alimento. Al principio, los clientes se sorprendieron de que no tuviéramos croquetas o de que lo primero que hiciéramos fuera deshacernos de la freidora... ¡ahora están encantados!” nos cuenta Myriam Fernández, gestora del restaurante. Todos los platos están ideados siguiendo los consejos de una nutricionista, encajan con el gimnasio y buscan ser “saludables y sabrosos. El cliente debe disfrutar comiendo y debe sentirse cómodo. Tiene que apetecerle quedarse aquí”. Una cosa más: no sufráis por haceros pesados, aquí, si seguís alguna dieta especial –¿tenéis que comer 200 gramos exactos de lentejas?– os adaptan el plato y tienen mucho cuidado con las alergias alimentarias.

Son olímpicas y han vivido también mundiales de natación en sus aguas. Las Picornell están hechas de otra pasta. Si las queréis ver bien lo podéis hacer desde El sabor de Picornell, el restaurante del centro. ¿La estrella? Un menú fitness express, sencillo, rápido pero saludable con un primero y segundo de los que aparecen en el menú diario, agua y café con precio alrededor de los 7 €: de primero triunfan las ensaladas y de segundo la plancha. “Tenemos deportistas que quieren comer en 10 minutos pero, también, grupos de conductores de autobús que nos tienen como restaurante de cabecera. Queremos darnos a conocer más entre los turistas. Por la tarde, cuando llega el buen tiempo, la terraza se llena porque se crea un ambiente muy especial. Y la barra que está frente a la piscina interior también está a tope de madres y padres viendo sus niños en acción”, nos dice Victor, responsable del restaurante. Ah, por cierto, en la terraza tienen zona de restaurante ¡pero también de picnic! La zona de aguas –con dos piscinas exteriores y una interior inmensa con un número incontable de carriles– y el restaurante concentran nuestra atención pero aquí también encontraréis pádel, un espacio de entrenamiento funcional, una zona de estiramientos para runners o una sala de fitness.

Aunque está dentro del gimnasio, ¡no sufráis! Decid en recepción que venís a comer y, seáis socios o no, podréis sentaros a probar la comida del Nuts & Go. "La idea es ofrecer platos elaborados, con mucha variedad, pensando en el perfil más ejecutivo del cliente", nos relatan. ¿El espacio? Luminoso y minimalista, con una gran mesa de madera en medio con todos los alimentos listos para que los probéis: la base es un menú buffet con platos fríos como ensalada de arroz, legumbres, remolacha, hummus... Al lado, otra mesa con todo tipo de aceites y especias. ¡Todo por 7,95 euros! Si tenéis más hambre, podéis optar por la fórmula de buffet + plato caliente a la plancha, que se queda en 12,95. Los cubiertos ya están en la mesa así que cuando lleguéis allí podéis comenzar a serviros vosotros mismos. “Es un cliente menos social que busca una oferta rápida para que le dé tiempo a comer y entrenar”. Si os convence la fórmula slow food de Nuts & Go, en el Holmes Place Urquinaona la comida también es cosa de ellos.

‘El mar, el mar '. Manel, ¿habéis comido alguna vez en un buen restaurante? Probad el del Club Natació Atlètic Barceloneta. ¡No bromeamos! En una zona 100% turística y llena de locales que basan sus cartas en fotos de paellas bien amarillas podéis refugiaros en el local del Club Natació Atlètic Barceloneta. En el desayuno, un buen bocadillo de queso, fuet, jamón o lo que os apetezca os saldrá por solo 1,80 euros –recordad donde estamos,¡ justo delante de la playa!–. Para comer, el Menú Mar –con calamares, croquetas, ensalada de queso de cabra, arroz caldoso– cuesta 20 € pero hay una opción más para el día a día por 11 €. Sentaos en la terraza y dejad que la brisa marina os acaricie el pelo.

Vamos al grano de entrada. Aquí encontraréis tres opciones para elegir según vuestras necesidades. Primero, una sala social con máquinas de vending donde comer de tupper y de acceso libre para no socios. Segundo, un bar ubicado dentro del campo de fútbol 11 donde juega el Martinenc, un equipo que se mueve entre la primera catalana y la Tercera División. Comeréis con vistas al campo así que podréis cantar goles con el bocadillo en las manos. Y, una más, en verano, entre el 19 de junio y el 6 de septiembre abre las puertas una de las piscinas exteriores más recomendables de Barcelona y sí, ¡tiene bar! Hacen realidad nuestros mejores deseos: salir del agua, con bañador y podernos comer un helado bien frío sin movernos.

Son los centros low cost por excelencia de la ciudad, aquellos donde entrenar sale por poco más de 26,90 al mes. ¿Y la comida, qué? Justo en la entrada, sin necesidad de entrar realmente en el club tienen un restaurante donde hacer un menú completo por 10 €: elegid entre gazpacho, crema de zanahoria, ensalada de patatas o espaguetis de primero y pollo al horno, ceviche, tataki de atún o carpaccio de segundo. ¡Ñam! La oferta la completan con opción vegetariana, wifi, zumos naturales o wraps en un espacio que sigue la línea del gimnasio: paredes negras con detalles rojos y mesas blancas. Además, como saben que no sois de gastar mucho, también os dejan venir con el tupper de casa al centro y comer sin dejaros un duro.